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Somos idiotas.

Al pensar que una persona tan perfecta se enamorara de nosotros y deseara quedarse a nuestro lado.

Así se sentía Hyunjin, como un idiota, un idiota que desearía con todas sus ganas ser esa persona que Jeongin mirara con amor.

Que Jeongin amara....Hyunjin era un idiota, el idiota de Jeongin.

Después de ese día había un chico ilusionado con su corazón en mano preparado para entregarlo completamente al Jeongin que vio esa ocasión en preparatoria.

Hyunjin, era ese chico.

"Las ilusiones son falsas" Debió saber eso antes de creer que Jeongin actuaría distinto con él.

Ingreso al salón y lo saludo, con ojos en media luna y una sonrisa que cualquiera calificaría como "Hermosa", con esa colonia que rara vez usaba pero le encantaba y con un amor puro en la punta de sus falanges, que fue herido al ser ignorado completamente por su chico.

Jeongin lo vio y se activo un mecanismo de defensa que hizo que Hyunjin respetara su lugar y tuviera en claro los límites, no eran amigos y quería que lo supiera ¿Que mejor que ignorandolo?

Él no quería sentir esos arrebatos en el estomago y seguir con esa sonrisa tonta, debía caer en la realidad y alejar esas sensaciones y pensamientos que solo lo detenían de su objetivo principal;  graduarse.

Ambos con el mismo sentir, porque inconscientemente estaban hiriendose por primera vez al mismo tiempo.

Pasando por alto sus inmensas ganas de derramar lágrimas por sus mejillas, Hyunjin cerro sus puños a la par de su corazón, fue el silencio la respuesta a sus incógnitas.

Jeongin nunca le iba a corresponder.

Debía entenderlo, pero el solo quería un -Hola- de regreso, no una mirada fría y despectiva que hace sentirse mal a cualquiera.

Es por eso que Hyunjin se comprometió a dejar de ser un idiota y abrió su aplicación de notas.

Donde como apartado principal, escribió "Plan para ya no estar enamorado"

De esa forma todo estaría bien y la poca dignidad que le quedaba estaría intacta en su ser.

-Buenos días, me alegra hayan venido a mi clase- Guardo su celular y centro su atención al maestro, era lo mejor para el en ese momento.

Cuando se acabo la jornada de clases Hyunjin se fue a su casa, abrió la puerta y ya estando ahí puso la canción que le ayudaba a sentirse mejor.

"Never not" de Lauv, se quito los tenis que portaba en ese momento colocandolos en la entrada, no tenía hambre por lo que solo haría su tarea y dormiria.

Jeongin era una persona con sentimientos enredados, a veces creía que no los sentía, pero cuando alguien se acercaba y lo obligaba a tenerlos, él se alejaba, esas emociones solo lo desconcentrarian de su carrera y el no quería eso.

Al entrar a la preparatoria todo siempre fue monotonía hasta que lo vio a él, ese chico guapo rebelde y tonto que lo hizo "sonrojar", Jeongin no era ningún idiota sabía lo que Hyunjin buscaba, pero de igual forma tenía el conocimiento de que no podía ofrecerlo, no podía darle el amor, cariño y afecto que se merecía, es por ello que decidió apartarlo.

La mayoría de gente juzgaba esa parte de su persona, cuando solo era un chico con aspiraciones y metas claras, dónde los sentimientos no se incluían.

De pequeño siempre fue el mejor en todo, competencia tras competencia y calificaciones perfectas, más aparte un buen físico, su mamá siempre le repetía "Se el mejor en aquello que harás o no seas nada", frase que convirtió a ese niño de 8 años en una persona egoísta y que se sobreexige, la gente lo veía así.

En realidad solo era un niño de 8 años, que constantemente se sentía insuficiente y quería más y más, para llenar el vacío que su alma sentía, porque su mamá nunca se encontraba, porque su papá nunca lo miro...porqué nunca nadie lo hizo apreciar lo que era la niñez.

Pasaron los años y Jeongin adapto su persona o forma de ser a esa frase, decidió que el "No ser nada" era algo lejos que él aspirara a ser.

Otro día de escuela otro fin de clases, el tiempo que cada estudiante con muchos problemas y pocas ganas de vivir espera; para dormir.

Hyunjin era alguien que dormía mucho, demasiado a decir verdad, por esa razón siempre esperaba ese momento.

Su plan requería tiempo, por lo que ya no era tan lindo esa situación, tenía que pensar de nuevo en ese chico-zorro y aunque fuera para superarle no se quitaba el dolor que su pecho sentía.

Basta de dramas.

Soltó su mente, sin embargo eso no parecía solo un drama.

Después de meditar por mucho tiempo que hacer, decidió como el paso número uno del plan:

1.Ignoralo; Lo ves mucho, eso solo propicia que te enamores más de él y eso no es lo que queremos, ignora su bella sonrisa y excelente figura, también su hermosa voz.

Acabó de escribir y se sintió satisfecho, el día que lo volviera a ver, fuera la situación que fuera lo evitaría, y de esa forma podría olvidarlo.

Fácil, demasiado fácil.

Vio el reloj en su celular y al entrar en razón de la hora corrió hacía la cocina.

Eran las 7:30 de la noche y el no había comido nada en todo el día.

Querrá olvidar a Jeongin pero tampoco se iba a matar de hambre solo por él, no no no, sería muchas cosas menos suicida.

Al acabar de comer ese gran sándwich y ramen instantáneo que se preparo, se alisto, lavo sus dientes y se dispuso a dormir.

Ya no quería llorar por Jeongin y necesitaba un respiro, por lo que a las casi 1 a.m. llamó a su mamá y le dijo que haría un pequeño viaje para visitarle, la señora Hwang le contesto amablemente que era bienvenido y con un sonido cariñoso colgó.

De paso podría pedirle consejos y comer una verdadera comida casera, todo ganaban y de una vez por todas podría dejar de ser un idiota.

Ya quería ver a su mamá.

-Ken

To you • HyunInWhere stories live. Discover now