-𝘁𝗵𝗿𝗲𝗲

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Las mejillas de Amparo se pusieron rojas, nunca nadie la había mirado de esa manera. Él la miraba con deseo, reflejando en sus ojos la belleza de ella que tanto lo cautivó.

Y encima, era el Dibu el que la miraba así. Casi se hace pis ahí nomas.

Las hicieron tomar asiento, Amparo quedó junto a Linda Raff, la mujer del Papu Gomez. Ella la recibió con una sonrisa y le dio un beso cuando se sentó con ella.

—un gusto— dijeron ambas con una sonrisa mientras se preparaban para comer.

—Quiero felicitar a ambos equipos, se que a los futbolistas capaz no le dieron mucha bola a nuestro triunfó, porque que mejor que ganar la copa América. Pero ambos equipos dieron todo de sí, estoy orgulloso de hasta donde llegamos y esperamos seguir por este camino. Los felicito chicos — brindaron todos con Scaloni por las palabras dichas y la cena empezó.

Obviamente la comida principal era un buen asado. Las acompañaban una ensalada rusa, una de choclo y zanahoria y otra de zanahoria y huevo. También había empanadas de toda clase para variar, pero las principales de carne.

Amparo se sirvió un poco de cordero que encontró por ahí, también había si. Un poco de ensalada rusa y de zanahoria. Con algo de vergüenza corrió las arvejas de donde estaban las papas para dejarlas a un lado.

—que delicada de mierda— escuchó que una de sus compañeras murmuraba mientras su amiga reía.

—literal, todo porque tiene plata.

Sus mejillas se pusieron rojas de nuevo, pero ahora de la bronca que tenía. Si, tuvo suerte de nacer en una familia con buena estabilidad económica. Ella era una persona humilde, dejaba de lado las arvejas porque no le gustaban, pero también porque hace un tiempo empezó a tener reacciones alérgicas con algunas comidas. Pero la ensalada rusa le encantaba, y si tenía que dejarla de comer por las arvejas se moría. Así que su familia empezó a hacer una aparte sin ellas para la rubia. Y en los lugares públicos, solo las dejaba a un lado cuidadosamente de no olvidarse de alguna.

Sentía una mirada pesada sobre ella, pero cuando levantaba su cabeza no encontraba a nadie. Estaba charlando muy animadamente con Linda cuando de nuevo la invadió esa sensación. Moviendo su cabeza a un lado se encontró con la mirada pesada de Emiliano. La miraba muy intensamente, queriendo expresar sus intenciones. Amparo lo ignoró y siguió charlando con la esposa del Papu.

Uno de los jugadores se levantó de la mesa excusándose de ir al baño, salió al pasillo y subió por el ascensor hacia su habitación. Este paró de la nada en otro piso, seguramente alguien había llamado. Las puertas se abrieron dejando ver a la colorada que tanto añoraba. Está se quedó estática al verlo y trató de escapar de nuevo a su habitación.

—Olivia espera!— gritó él tratando de alcanzarla.

—¡déjame en paz!— le devolvió el grito abriendo la puerta de su habitación, trató de cerrarla pero el la alcanzó y la trabó con su pie.

—solo quiero hablar— suplicó.

—no te quiero ver, dejame.

Forcejeo para poder abrir la puerta.

—Nicolas por favor, no puedo— suplicó ella, sentía que en cualquier momento sus ojos se iban a llenar de lágrimas. Nunca pensó que algo lo podía doler tanto como le estaba doliendo la situación con aquel chico.

MAYOR QUE YO| dibu martinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora