Capítulo I

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—¿Quien se creen para tratar así a alguien?, si no quería el pastel simplemente lo hubiera rechazado. ¿Por qué nadie hizo nada? —se quejó Geum Jan Di, maldiciendo entre dientes a los cuatro matones.

—¡Oh my God! —chillo una voz detrás de Jan Di.

La chica becada giro sobre su lugar para ver qué podría haber alterado tanto a una chica. Frente a ella, tres jóvenes de entre 18 y 20 años la observaron con disgusto.
—¿Quienes son? —pregunto Jan Di desconcertada.

—Oh, no nos hemos presentado.

—Soy Ginger — la chica de en medio dijo.

— So Ni —a la izquierda.

—Miranda —a la derecha.

Las jóvenes se juntaron más he hicieron poses ridículas mientras se presentaban.
—Somos las más lindas de la preparatoria —agregó Ginger.

—¿Cómo te atreves a hablar mal de los F4? —reclamo la chica de la derecha.

—¿F qué? No me digas que ellos son los infantes F4 —comentó Jan Di sorprendida.

—¿Infames? —repitieron las tres con indignación —. Niña, son famosos. Si no mantienes la boca cerrada, te meterme en problemas.

—¿Cómo te atreves ha hablar mal de nuestros F4, —pregunto Ginger con desprecio mientras estudiaba a Jan Di de pies a cabeza, y agregó; —indigente?

—¿Qué esperaban? ¿Que los alave después de ver cómo intimidan a dos estudiantes?

—Así que trabajas en una lavandería —se burló So Ni.

—No es lavandería, es tintorería —corrigió Jan Di—. ¿Y eso qué?

—Nada, es solo que jamás había visto a la hija de un tintorero. Es tan fascinante. —Miranda se a cerco de manera burlona.

—Observa todo lo que quieras, no cobro —dijo Jan Di con sarcasmo y una mueca de molestia. Al parecer no sólo tendría que cuidarse de los "F4" sino también de este trío de fanáticas.

Esta escuela sería el infierno en vida, Jan Di apostaría todos sus ahorros.

—Al ser la primera vez, y únicamente porque eres nueva aquí, lo dejaremos pasar. No tendrás tanta suerte la próxima vez, tintorera —declaró Ginger dándose la vuelta y llevando con ella a las otras dos.




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La escuela y sus instalaciones gritaban DINERO sin importar a dónde mirarás. Jan Di estaba casi segura de que tan solo con el dinero de una de esas puertas podía alimentar a su familia por dos o tres meses.

Continuo buscando su salón mientras se quejaba por la insistencia de sus padres y hermano que la obligaron a terminar en este maldito lugar.

—Ah, cómo desearía que Ga Eul estuviera conmigo, así por lo menos tendría una amiga —suspiro Jan Di con tristeza.

Entro al aula que marca su horario y quiso gritar cuando vio a las insípidas chicas de antes. Esto sería aún peor de lo que pudo haber imaginado antes.

Un chico se detuvo a su lado y parecía tan disgustado cómo ella por estar aquí. Jan Di lo observó con tanta discreción como pudo, el resto de ellos no fueron discretos en absoluto.

Jan Di no necesito preguntar para saber que el chico es extranjero, obviamente europeo, aunque no sabría decir de dónde exactamente. Su cabello era todo negro y con risos desordenados que le daban un aire rebelde. Unos hermosos ojos verdes. Piel ligeramente morena, como si pasara mucho tiempo al aire libre. Apenas unos centímetros más alto que la propia Jan Di. Y vestía el uniforme completo de la preparatoria Shin Hwa. Sus accesorios eran de buen gusto y nada ostentosos; los anteojos eran elegantes pero no llamativos, el reloj en su muñeca queda oculto por las mangas de la camisa a excepción de una pequeña parte que lo delata y su mochila de piel fácilmente podría confundirse con un portafolio de trabajo.

El folleto que sostiene entre sus manos hizo evite que el extranjero se acaba de transferir aquí, igual que ella. Fantástico, así por lo menos no será la única  extraña de esta escuela.

Jan Di estaba tan distraída estudiando al nuevo que no noto la presencia de Ginger y sus amigas hasta que hablaron.

—Hola, soy Ginger. Ellas son Meranda y Son Ni. Es un gusto conocerte… Harrison —completo leyendo la ediqueta en el uniforme del joven.

Jan Di intento no sorprenderse por la voz suave y respetuosa con la que Ginger se dirigió al chico.

—Potter —le corrigió con voz profunda y suave —. Un gusto conocerlas, señoritas.

El saludo fue educado, sin embargo carecía de la coquetería que el trio parecía esterar en él. Su coreano era lo suficientemente bueno para ser fluido por lo que no tendría problemas para comunicarse. Jan Di suspiro aliviada, su nivel de inglés no es muy bueno, por lo que no tendría habría podido comunicarse con él si éste no supiera el idioma.

—¿Entramos, señoritas? —pregunto Potter a nadie en específico.

—Claro, lo sentimos — el trio se disculpó y regresaron a sus asientos con exagerados movimientos de cadera.

—¿También eres nueva, señorita…? —Potter le pregunto a Jan Di, quién no se ha movido desde que llegó.

—Geum… Geum Jan Di —tartamudeo. Jan Di sintió su rostro sonrojarse de vergüenza —. Si acabo de llegar, me otorgaron una beca —levanto el mentón, desafiando a Potter a decir algo como lo habían hecho el trío.

Potter asintió y le hizo un gesto con la mano para que avance —No sabía que está escuela ofreciera becas.

—En realidad no lo hacen… se podría decir que soy un caso especial —Jan Di se sonrojo nuevamente he hizo una mueca de incomodidad.  Soltó un suspiro de alivio ante la falta de reacción de Potter. Quizá exista la posibilidad de hacer un amigo aquí.

Ambos ocuparon las unicas butacas libres y continuaron con su conversación sin prestar a tención a la manera frenético con la que todos teclean sobre sus celulares ni a la mirada de envidia del trío de chicas.

—¿Entonces eres a la que apodaron “La chica Maravilla” ¿—Potter parecía disgustado por el apodo, carecia de la burla y consecuencia con la que el resto de sus compañeros le hablaron antes.

—No me llames así, por favor —pidió Jan Di sintiéndose incomoda—. Solo ayude a un chico a no cometer el error de quitarse la vida solo por la insistencia de sus compañeros.

—No le quites mérito a tus acciones, hacer lo correcto requiere más valor y trabajo de lo que la gente creé —dijo Potter con un tono más serio y conocedor—. Sin embargo, entiendo que encuentres molesto el apodo.
 

Jan Di solo alcanzó a sonreír antes de que su profesor entrara al salón y les impidiera seguir conversando.

 











Publicado;
19 de Diciembre de 2022.

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