00

1K 85 29
                                    

⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓

Los hermanos Haitani, temidos por todo aquél que conociese su nombre.

No había hombre, mujer o niño que no temblará al escuchar ese apellido, en especial la familia Kawata.

Todo el problema empezó cuando la bisabuela Kawata enviudó y no tenía forma de mantener a sus hijos por lo que se vio obligada a seducir el hombre más rico que encontró, un pirata conocido en la región, su amor por la mujer fue tanto que todos los tesoros que que robaba eran destinados a ella, tanto que le construyó una gran mansión para que viviera cómodamente sin que nada le faltara ni a ella ni a sus hijos, por desgracia para el pirata la mujer no sentía lo mismo y después de conseguir estabilidad se casó con un político importante y de buena familia.

El pirata quedó devastado, su corazón hecho añicos exigía venganza así que tomo una decisión, le cobraría todo, hasta la última moneda que había invertido en lo que el pensaba sería un futuro juntos debía ser devuelta.

Y ese fue el inicio de todo, desde entonces la familia Kawata tenía una monumental deuda con los Haitani, tan grande que pese a que pasaron las generaciones aún no había podido se saldada.

Pero lo peor no era eso, lo pero era que con cada generación de Haitanis que pasaba se hacían más sanguinarios y tenían menos paciencia.

Y eso es lo que nos lleva a la situación actual.

Rindou: señor Kawata, no le parece que le dimos suficiente tiempo para reunir la suma que pedimos, solo es el 10% de lo que nos debe.

S.K.: solo denme un par de semanas más, solo tengo parte del dinero.

Ran: eso nos dijo la última vez, a mi me parece que no nos quiere pagar.

Rindou: acaso quiere que le recordemos por qué se convirtió recientemente en el patriarca de su familia.

El joven de lentes abrió un cajón para sacar una reluciente daga que se veía muy bien afilada.

Rindou: usted sabe bien lo que pasa cuando tratan de engañarnos para no pagar.

Poco a poco se fue acercando al hombre mayor quien no podía moverse por el terror que sentía mientras veía el arma acercarse a su cara con lentitud.

Ran: no hay necesidad de ponernos violentos nuevamente Rin Rin, se me ocurrió una idea para saldar la deuda de una forma definitiva.

Los dos únicos presentes se quedaron viendo al de trenzas esperando que hablara mientras el solo se acomodaba mejor en su lugar.

Ran: si por mujeres empezó esto no es lo indicado que por mujeres termine?, Partiremos mañana al anochecer, lleve a dos de sus hijas y ya no nos deberá ni un centavo.

El hombre mayor se quedó sin palabras ante lo que pedía el Haitani, una de sus hijas?, eso era impensable, mucho menos dos.

S.K.: y si no lo hiciera?

Rindou: entonces deberá llevarnos el dinero o atenerse a las consecuencias.

...

Por los pasillos de la mansión Kawata dos jóvenes se apresuran a llegar al salón de reuniones donde se debatia algo de suma importancia.

Al llegar al lugar se encontraron con sus hermanos y hermanas quienes ya los esperaban para poder ir lo que discutían los adultos.

X: no estoy de acuerdo, eso atentaría contra el honor de las jovencitas de esta familia, quien sabe que tipo de barbaries le harían esos hombres.

Y: pero es la única forma de sacarnos ese peso de encima, imaginarlo, no más deuda, no más muerte, no más Haitani.

Z: tiene razón, de todos modos no tenemos de dónde sacar el dinero que piden en tan poco tiempo, es la solución más simple.

dear captain - ringry/ranleyWhere stories live. Discover now