[Mogeko Castle] Un sentimiento defectuoso {BL/Yaoi}

¿Por qué? [R18/Lemmon]

Estaba enamorado. Y lo peor, es que su amor lo más seguro no fuese correspondido. Pero le daba igual, se conformaría con permanecer a su lado. ¿Era lo que verdaderamente quería?

Simplemente debía quedarse en silencio, amar en secreto...

No debía ser muy difícil. Aunque pronto se daría cuenta de lo contrario.

Caminaba tranquilamente por los pasillos de palacio, dispuesto a ir a los jardines, por lo menos quería que le diese un poco del aire, y aclarar sus ideas...

Pero lo encontró.

El rey caminaba sin preocupaciones por los pasillos de palacio... Mejor dicho, de su palacio. Admiraba su creación como cualquier otro día, era uno de los pasatiempos que más le gustaban, ver como los habitantes de ese castillo eran todos igual que él, y tenían los mismo gustos que él. Ya no era un individuo solitario, nunca más. Era satisfactorio caminar por las alfombras rojas de su propio castillo sabiendo eso. Detrás de él, varios Mogekos a su servicio le seguían, mientras arrastraba su larga capa roja imperial, señal de que era rey, además de la corona dorada que llevaba sobre su cabeza.

No tardó en percatarse que su contrario estaba ahí también, esbozó una amplia sonrisa, y aunque el peliverde optó por girarse y hacer como si no lo hubiese visto, era complicado cuando él ya se había acercado.

- ¡Nega! - Lo llamó sonriente, clavando sus orbes carmesí en él. Nega podía jurar que esos ojos podían incluso quemar.

- ¡R-Rey mogeko! - Se hizo el sorprendido, como si no lo hubiese visto venir.

Los otros Mogekos acompañantes se quedaron unos metros atrás, dejando espacio, mientras conversaban de cosas +18. De todo, menos inocentes.

- Oh, Nega, pensé que estarías en la alcoba. - Dijo con un dulce sonrisa. ¿Quién podía ni siquiera pensar que detrás de ese amable gesto se encontraba alguien de lo más feroz?

El de cabellera verde solo miró hacia abajo, negando suavemente. Genial, los latidos en su pecho volvían a ser bastantes fuertes. - Yo... Fui a visitar a Hasu a la iglesia, por ello me fui de la alcoba. - Explicó. Era su deber darle explicaciones a su rey.

Antes de que pudiese decir el rubio nada más... Nega volvió a abrir su boca.

- No debí haber salido, error mío, voy a volver. - Quería volver a su cuarto. No le gustaba, no le gustaba para nada el tenerlo delante ahora que sabía lo que sentía, solo le hacía recordarse solo el hecho de que jamás sería un sentimiento mutuo.

El rey pestañeó, un poco aturdido. ¿Y aquella reacción? Era simplemente inexplicable. ¡No podía irse así! Tenía pensado en el día de hoy practicar nuevas posturas con él, y para practicar prefería hacerlo con él que con otro Mogeko del lugar. ¡No podía irse precisamente por ello! Hizo una señal con su mano, haciéndole entender a los Mogekos que lo acompañaron antes que se podían retirar. En el mismo momento en el que se quedaron a solas en el pasillo, agarró a su contraparte por la cintura, aferrándole más a él.