El pescado con brazos

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Las aguas del lago no dejaban de abrazarme, y por ello nadie me veía. Metí la cabeza en el agua cuando vi al bote acercarse. El pescador era un hombre obeso de larga barba. Seguramente se pasa la vida alimentándose de pescados fritos en abundante aceite. El humano no estaba al tanto de mi presencia, bien; tenía los audífonos puestos, no podía escuchar mi sonido de ataque (muy parecido a las gárgaras), mejor.

De un salto me llevé todo su cuerpo entre mis dientes. Ambos salimos del bote y nos zambullimos en el agua. El humano trataba de aferrarse al bote, pero sus dedos se deslizaron en la madera. Ambos nos hundimos, presionó su cuello con mis colmillos hasta que dejó de moverse. La sangre aceitosa entró por mi boca.

Horrible, asqueroso, desagradable.

Solté al pescador, cuyo cuerpo se hundió en el fondo del lago. Los peces, guiados por la sangre, fueron a darse un festín. Buen provecho. Usé mis brazos gelatinosos para nadar a la superficie. De un salto subí al bote, ahí se encontraba mi verdadera presa. El humano solo era un impedimento para mi verdadero objetivo. A veces me alimento de humanos, pero prefiero a los delgados. No me gusta la grasa, les hace mal a mis arterias.

Por si no lo sabían soy una Gorgoma, se puede decir que soy una mezcla entre un pescado, un humano y un lagarto. Tengo la cola de un pescado, las manos y el pecho de una persona, pero de un color azulado y con branquias; mi cabeza es alargada y mi nariz, enorme. Mis dientes son afilados, capaces de destrozar cualquier garganta que se cruce en mi camino.

No quedamos muchos en este mundo.

Mi verdadero objetivo estaba encima de una maleta. Era un pescado enorme que daba saltos, cada vez más debiles, para llegar al agua. Lo tomé y hundí mis gruesas garras en su cuerpo hasta matarlo. El pobre diablo estaba sufriendo demasiado. De un mordisco me devoré la mitad de su cuerpo.

Mi alimento favorito son los peces, y estoy rodeado de ellos. Este lago es el paraíso. De seguro se preguntarán: ¿Por qué elegí precisamente este pescado y no los cientos que viven en este lago? Bueno, también me gusta el deporte y la idea de tomar algo perteneciente a una criatura más grande e inteligente hace que cada bocado sepa más delicioso.

Apenas terminé el pescado le hice un agujero al bote y me hundí junto con él. ¿Me creerían si les digo que hay todo un cementerio de botes ahí abajo? Los pescadores deberían hacerle caso a ese anuncio de: "Aléjese del lago" que está ubicado cerca de la orilla.

Tal vez no son tan inteligentes como creo. 

Cuentos de locura y muerte  Vol 1Where stories live. Discover now