Capítulo 12

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-Bien, ya está lista para irse.

Me dejan sobre la mesa, yo miré mi ala izquierda, tenía algo así como unas tablillas sujetando mi ala.

-Los pájaros como ella tienen las alas muy frágiles, la niña que lo agarró no midió su fuerza... le fracturó el ala -explica la doctora.

-Entiendo, pobrecita.

Me giré de un salto para ver al hombre que seguía aquí. Solté un chillido de sorpresa al reconocerlo, mi respiración se agita por la sorpresa y no supe que haría de ahora en adelante.

-¿Va a llevársela a casa? -cuestiona la doctora sonriente mirando a aquel hombre.

-No quisiera dejarla sola con el ala así... a otros depredadores se les será fácil atraparla.

-Sí, tienes razón.

-¿Qué puedo darle de comer? -pregunta él.

-Puedes intentar con larvas, las proteínas le hará bien.

Quise vomitar. ¡Ni loca me iba a comer insectos! Empecé a chillar y saltar en mi lugar, sacudía mi cabeza y rogaba porque me entendieran.

-¿Eh? -él sonríe tiernamente.

Acerca su mano hacia mí, yo di un salto hacia atrás pero al ver que solo acercaba su dedo decidí intentar acercarme. Me coloqué sobre su dedo índice y lo miré esperando que supiera que no quería comer insectos.

-Entiendo. Muchas gracias.

-Que tenga un buen día.

Él me saca del lugar y yo pensé en saltar de su mano e irme pero antes de hacer eso vi a un gato mirándome desde un banco y yo me asusté.

-No te preocupes, si no te bajas no te harán nada.

Miré a Scott... recordé su nombre nada más verlo. Él me sonríe y me toma mejor entre su mano, sin aplastarme como aquella niña. Me lleva consigo y yo volteé a ver el cielo oscuro... hace horas que debí haber regresado con Alex. ¿Ya se ha dado cuenta de mi ausencia? Es lo más probable.

-Así que... no quieres comer larvas, ¿grillos? -cuestiona Scott, negué con la cabeza- ¿hormigas? -volví a negar y él suspira-. Debería sorprenderme porque me entiendes, pero... supongo que ya pasé por esa etapa.

Y sabía que era cierto. Es un cazador de licántropos... ya los vio transformarse, a otra criaturas que los demás creen inexistentes. Un simple pájaro que lo entiende no es la gran cosa. Él sigue caminando hasta que vi como entraba en un departamento, saludaba a la que estaba en recepción e iba al elevador. Fue hasta su piso y entró en lo que parecía ser su casa.

-Te quedarás aquí hasta que te recuperes, ¿está bien?

¡No! ¡No está bien! Tengo que volver con Alex...

Me deja sobre la cama y yo miré hacia la ventana, di saltos y quise ir hasta allí pero el dolor en mi ala se extiende y Scott tuvo que atraparme antes de que me golpeara más.

-Cuidado... Aún no puedes volar, no te apresures o te lastimarás más.

Vuelve a dejarme en la cama y yo suspiré agachando la cabeza desanimada. Scott se sienta a mi lado y deja su dedo índice frente a mí, desganada me subí a este y él me acercó hasta su pecho. Me abrazó, me sorprendí por aquel acto pero suspiré sintiendo que era amable y cálido.

-Sé que quieres volver lo antes posible a tu vida libre allá afuera... pero por el momento es mejor que te quedes y sanes, ¿está bien?

Es que no quiero quedarme... quiero ir con Alex, él... estará preocupado. Además, no es seguro para mí quedarme en esta forma, mi poder es fácil de detectar... pronto querrán atacarme.

-Será mejor dormir, mañana veremos que quieres comer.

Me deja en la segunda almohada y se acuesta en el otro lado de la cama. Bostecé, tenía razón en que mejor era dormir... me acomodé en la almohada y cerré los ojos adormilada, antes de entrar en el reino del tío Morfeo sentí unas caricias tiernas en mi cabeza y espalda.

-Sí que eres tierna.

No pude seguir escuchándolo cuando ya me quedé atrapada en el mundo de los sueños.

***

***

El sol comenzó a llegar hasta mí, aquello me hizo despertar. Bostecé mientras estiraba mis alas pero chillé cuando el dolor en la izquierda aparece. Eso me hizo despertar de golpe, recordar lo que pasó y ver que estaba sola en el departamento... o al menos en la habitación. Noté entonces la puerta del balcón, si me apresuran a volverme humana, abrir la puerta y volver a transformarme nadie me vería.

Aunque tendría que volverme otro animal, porque este pajarito con el ala así... me hará complicar las cosas.

Suspiré y me volví a mi forma humana deshaciéndome del vendaje.

-Au... -murmuré viendo mi brazo.

Negué con la cabeza y fui hasta el balcón. Rápidamente abrí la puerta, pero a la vez escuché pasos acercarse.

-¡Huh!

Me volví a la forma del pájaro mientras miraba hacia la puerta pero entonces escuché un bufido gatuno. ¡Ay, carajo! ¡Y la puerta está abierta! El gato suba al balcón y me mira fijamente, enseguida quise escaparme y este me persigue.

-¡¿Qué pasa?! -la puerta se abre de golpe y yo me escondí en los pies de Scott quien enseguida atrapó fácilmente al gato por su nuca- ¿Un gato? Pero si la puerta...

Ve como esta estaba abierta de par en par y se cuestiona muchas cosas. Él suspira y saca al gato antes de volver a cerrar la puerta del balcón. Su pie se topa entonces con la tablilla y el vendaje, me mira confundido.

-¿Te lo has quitado?

Se veía realmente desconcertado, no sabía que pensar. Camina hasta mí y me levanta en su mano, mira mi ala y entonces la estira levemente pero esa acción me hizo chillar y asustarlo.

-Ah... lo siento.

Me sonríe nervioso pero agarra las cosas y me lleva hasta el comedor donde me deja en la mesa y vuelve a colocar las tablillas y el vendaje.

-¿Está muy ajustado? -miré mi ala y negué-. Es la primera vez que hago esto... no sé si está bien colocado.

Suspira profundo, a mí me llega el delicioso olor de algo cocinándose y volteé a ver hacia la cocina que estaba a un lado. Scott se levanta y va hacia allí para apagar el fuego y servir la comida.

-Comeré todo, luego iré a ver qué puedo darte de comer a ti...

Deja su plato en la mesa y yo me acerqué, piqué un poco de la carne con arroz qué el había preparado.

-Oye, eso es mío -se queja Scott riendo un poco- ¿Desde cuándo los pajaritos como tú comen carne y arroz?

Me mira sorprendido y confundido pero entonces corta un poco de carne en pedazos y luego me deja arroz. Me lo separa en un platito más pequeño y yo comí como si fuera mi primera comida en años. Sabía muy bien...

-Eres extraña...

Chillé en protesta y él ríe un poco. Yo suspiré y terminé de comer, suspiré deseosa por un baño ahora mismo. O mejor... volver a casa.

-Voy a salir, ¿okey? Tengo trabajo que hacer, volveré en la noche.

¡Sí! ¡El universo está de mi lado! Esta será una buena oportunidad para poder irme.

-Quizás te traiga algo cuando regrese, ¿qué les gusta a los pájaros?

Se cuestionaba mientras recogía los platos y se alejaba. Él limpia las cosas, se prepara para salir y antes de hacerlo me mira sonriendo.

-Nos vemos en la noche.

Se despide y sale de la casa. Esperé un momento hasta que ni siquiera escuchaba sus pasos y entonces salté de la felicidad. ¡Bien! ¡Es mi momento! Pero primero... una ducha.

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Morfeo: Dios griego. Dios de los sueños, hijo de Hipnos (la personificación del sueño)

AMARISWhere stories live. Discover now