Yizhan.

Sol y Luna.

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- General.- La doncella hizo una reverencia.- ¿Lleva mucho tiempo esperando? Entre.

- Esperaré aquí.

-  No necesita esperar aquí.- Sonrió.- Sabe que puede entrar cuando quiera.

- Aquí me quedaré.- Se quedó viendo a la joven.

- No pierdas tu tiempo Ling'er.- Li'An apareció detrás de la joven.- Cuando el general dice que no, no hay fuerzas en la tierra que lo hagan cambiar de idea.

- Príncipe.- La joven hizo una reverencia.- Los dejaré a solas.

- Gracias.

- ¿Ya vino el médico?

- ¿Para qué?.- El joven sonrió.

- Sabes que debe venir para monitorearte.

- No sé cuántas veces vamos a tener esta conversación.- Caminó hasta uno de los asientos bajo el árbol y se sentó.- Ya no necesito que me monitoreen, ya me siento bien.

- Príncipe...

- ¿Hasta cuando vas a seguir llamándome príncipe?.- Preguntó con enojo.

- Eres un príncipe.

- ¡Soy tu omega!.- Se levantó de golpe.- Y tu eres mi alfa.- Golpeó su pecho.- ¿Por qué no lo entiendes?

- No seas tan ruidoso...Príncipe.

- ¡Shaham!.- Se cruzó de brazos.

- ¿Por qué estás enojado?

- Sigues tratándome con formalidad. Se supone que soy tuyo, soy tu pareja pero me sigues tratando de esta manera.- Pateó el suelo.- Ni siquiera has querido concretar nuestra unión.- Le dio la espalda.- Parece que no me aceptas como tú pareja. No entiendo porque esa noche antes de partir al frente me besaste y porque también me besaste cuando caí en cama. Si no me ibas a aceptar no debiste hacerlo.

Se sorprendió al sentir como la mano del alfa se acercaba a su cabeza. No pudo ver claramente pero pudo percibir como este colocaba algo en ella así que levantó su mano y palpó su tocado.

Se sorprendió al sentir aquella flor incrustada en su pelo. Con rapidez se giró para ver el rostro del que estaba detrás y su sorpresa fue aún mayor al ver como su sonrisa la cual estaba oculta detrás de aquella máscara podía reflejarse claramente en sus ojos.

Era la primera vez que lo veía sonreír de esa manera. Era la primera vez que aquel frío y distante alfa le obsequiaba una flor.

Aquel repentino acto provocó que sus ojos se humedecieran y su corazón se llenara de dicha.

- No he concretado nuestro compromiso porque quiero que mi padre esté presente y para ello debo esperar a que venga.

- ¿En serio?.- Dio algunos pasos hacía el alfa.

- Te lo dije ese día cuando volví de la guerra.- Envolvió su brazo de la cintura del joven y tiró suavemente de él.- Eres mi omega, eres mio y solo mio.

- Yo...yo pensé que...- Su voz se quebró.- Yo pensé...- Rompió en llanto mientras enterraba su rostro en el cuello del alfa.- ¡Eres malo! ¿Por qué me mortificas de esta manera?

- Ese día antes de despedirme te lo dije. Yo era el único que podía percibir tu aroma. Desde el momento en que me dí cuenta que sólo yo podía, supe que solo había una razón detrás y era el hecho de que tu...eres mío.

- Entonces...- Se alejó.- ¿En verdad me quieres?

- No...- Sonrió al ver como el joven estaba a punto de romper en llanto.- Te amo.