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No lo entendía, ¿A qué carajo se supone que estaba jugando? No era la primera vez que lo dejaba en medio de un beso, quedándose solo con el deseo y como si fuera una estúpida película de romance de esas que a su hermana le encanta ver, no paraba de pensar en eso, en un maldito beso que poco a poco se transformaría en algo más.

Se levantó de la cama y fue directamente al baño a mojarse la cara para despertar y tal vez dejar de pensar estupideces, dio un suspiro, se seco y fue a la cocina donde estaba su familia

—Buenos días Tenko— saludo siempre amorosa Hanna

—Buenos días— regreso el saludo

—Buenos días— la voz sería de su padre resonó sin necesidad de alzarla, el mayor estaba tomando café y leyendo las noticias desde su celular —Es tarde para levantarse ¿No te parece?

Tenko no dijo nada, se dirigió al refrigerador para sacar dos huevos, se haría algo sencillo

—Hay arroz y café por si quieres— le informo su hermana antes de sentarse a comer su desayuno

—Si está bien

—¿Que tal tus clases de piano?— pregunto Kotarou

—Están bien— respondió sin intención de profundizar en el tema a lo que el mayor suspiro y siguió con lo suyo

El desayuno continúo en silencio hasta que el tono del teléfono del menor le anuncio un mensaje lo que lo obligó a dejar su desayuno aún en el sartén antes de sacar su celular para revisarlo y notar que era de Chisaki, nada más que un mensaje de buenos días, en verdad el castaño se esforzaba en tratar de conquistarlo, lo saludo de vuelta aunque un poco seco y se terminó de hacer el desayuno para sentarse y comer pero su celular volvió a sonar obligándolo a contestar y sin muchas ganas se quedó envuelto en una conversación, que más bien parecía un juego de ping pong.

—Oh, casi lo olvido— la voz de su padre rompió el silencio de la mesa —Voy a ir a un viaje de negocios la próxima semana

—¿Otra vez?— Dijo Hanna con cierta molestia en su voz —Acabas de llegar

—Losé cariño, pero es parte del trabajo— bajo la mirada algo decepcionada y el silencio volvió a gobernar

Desde que su esposa falleció no sabía que hacer, era tanto su miedo a fracasar cómo padre que simplemente se refugiaba de su responsabilidad en el trabajo, a cada rato tenía un viaje o debía quedarse en la oficina dejando que a Hanna cuidara de su hermano desde que esté tenía 5 años y ella 10, si, no era justo pero por lo menos podía llenar esos problemas con lo que sea que el dinero podía dar, claro que Hanna daría lo que fuese con tal de que su padre estuviese más presente, realmente disfrutaba el poco tiempo que lograba pasar con él, ver una película, que le enseñara algunas cosas del arreglo del hogar, y que ambos fallaran en hacer una comida juntos, de sus recuerdos favoritos, por su parte a Tenko no le podría importar menos si su padre se iba una semana o un mes, por alguna razón siempre fue más duro con él, obligándolo a tomar clases de un instrumento que no podría importarle menos, exigiéndole ser de los mejores en su clase y cuando era más joven a practicar deporte cosa que dejo de hacer pues su hermana había convencido a su padre para qué lo dejará

—Ah casi lo olvido, estaba pensando que podríamos salir a comprar algunas cosas para ustedes y para la casa— comento el mayor ganándose una sonrisa de su hija

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