The Ssum: Nuestro primer encuentro (Parte III)

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Fue otro día de tantos. Vestido todo de negro, Zen llevaba unos jeans y camiseta básica, unas botas de motorista y una chupa de cuero. Se había hecho, hace poco, un agujero en la oreja y lucía un arete plateado con un colgante en forma de rayo, que su amiga con derechos del momento, estaba acariciando mientras estaban sentados sobre su moto.

—Te ves tan bien —le elogió.

El joven soltó un suspiro, no es que no le gustase que le halagaran, pero estaba un poco cansado, ya que sabía que esa relación no iba a ninguna parte. Siempre soñó con tener una novia y hacer cosas románticas con ella, ir a dar un paseo, al cine, o a compartir un menú de parejas. Sin embargo, todas las mujeres que conocía solo estaban interesadas en una cosa: su físico.

Estaba acostumbrado a recibir cumplidos todo el rato y a que tratasen de seducirlo. Y él solo se dejaba querer, ya que, en el fondo, tenía sentimientos por alguien más, alguien que pensaba que nunca iba a corresponderlo. Ella era todo lo que buscaba en una mujer, pero tenía miedo a que le rechazase y a perder su amistad si eso ocurría.

—Lo sé, es difícil no deslumbrarse con mi belleza, ¿verdad? —respondió, al fin.

—¡Así es! ¡eres tan apuesto! —la chica lo abrazó por detrás, esperando a que arrancase.

Zen carraspeó su garganta, conocía sus intenciones, quería que la llevase a casa para pasar un buen rato, pero no estaba de humor. Hacía semanas que no veía a la joven que le gustaba, solo sabía, a través de los mensajes que iban compartiendo, que estaba saliendo con alguien más, o algo así. Al parecer, no era muy serio.

—Así que... ¿quieres que te lleve a casa?

—Exacto, así podríamos continuar lo de la última vez —la mujer bajó una mano hacia su pierna, de forma sugerente.

—Creo que esta noche no es buena idea —replicó, apartándola—, tal vez, en otra ocasión.

—¿Por qué? —indagó, sorprendida.

—Estoy cansado —buscó una excusa—, he trabajado mucho hoy.

—¿Qué? Siempre estás trabajando, Zenny.

—Lo sé, por eso estoy exhausto. Estudio por las mañanas y trabajo por las tardes —de hecho, por ese entonces, ya se había planteado dejar los estudios y perseguir su sueño: ser actor, pero temía que sus padres se enfadaran mucho en cuanto lo descubriesen.

—Pero Zenny... nunca tienes tiempo para mí.

—Siento decepcionarte —soltó un suspiro—, siendo sinceros, no creo que esto vaya a funcionar.

—¿Cómo puedes decir eso? —le apretó con fuerza la chaqueta. Le temblaba el labio, parecía a punto de echarse a llorar.

—Lo siento, siempre quedamos en que esto no era serio, ¿recuerdas?

—¡No! ¡no lo entiendo! —se bajó de la moto para enfrentarlo—, ¿qué ocurre? ¡estábamos bien!

—Nunca estuvimos juntos, lo siento.

La joven sintió tanta rabia en ese momento que no dudó en darle una bofetada.

—¡Cabronazo! ¡seguro que encontraste a otra a la que follarte!

—¡No se trata de eso! ¿de verdad quieres seguir así? Deberías encontrar a alguien que te quiera de verdad.

—¡Ni siquiera sé lo que es el amor! ¡pero sí sé que tú no me quieres! ¡solo me usaste para el sexo! ¡todos sois iguales! —gritó, empujándolo, haciendo que casi perdiese el equilibrio y se cayera de la moto.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2022 ⏰

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