Sobrevivir

02

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Odiaba ese clima por una razón, siempre era el elegido para hacer las entregas, sentía su nariz congelada y los fluidos nasales pronto a escurrir, esperaba vengarse pero como sabía mañana estaría con un terrible resfriado, algún día su equipo de trabajo recibiría su merecido.

Dobló a la izquierda en ese conocido callejón, faltaba cada vez menos a su destino, quien esperaría que ser un repartidor de comida de una panadería seria la mejor fachada para el real negocio. La droga dejaba más dinero que unas piezas de pan.

Su andar se detuvo al ver ese bulto cubierto por una fina capa de nieve, no era porque le impedía seguir sino lo que era. Supuso que yacía sin vida, ante ese pensamiento retomó su camino pero nuevamente se detuvo al ver cómo esos dedos morados quizás por el frío o por una fractura se movieron lentamente, creyó que era su imaginación pero el suave quejido le advirtió que no. Decidido continuó con su entrega no quería ser el próximo por un leve retraso.

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—Mafumafu llegas tarde— le reclamó Sou ya sabía como era su repartidor pero al ver sus manos con manchas rojas al igual que su ropa —¿Qué hiciste?

—Nada.... Me caí ya sabes que este clima empeora mis habilidades— camino a su lado empujandolo necesitaba lavarse las manos.

—En ese caso debiste quedarte en casa y avisado después...

—¡Oh vamos Sou!— lo miró de manera burlona ante su extraña preocupación —¿Desde cuando eres un buen jefe?

—Al fin quiero ser buen jefe y me reprochas.... Bien haz lo que quieras solo que no interfiera con el trabajo tienes otra entrega.

Estando solo meditó en lo que hizo anteriormente, realmente fue lo correcto o debió hacer la única opción válida para alguien como él.

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Necesitaba algo que le ayudara a menguar el dolor que había en su cerebro, quizás podría ser ese paralizador que usaban cuando todo se salía de control, movió su cabeza de un lado al otro, no podría ser o quizás sería un método autodestructivo que una vez mencionaron aquellos que lo mantenían cautivo.

—Quizás no debí desecharlo— con una nueva meta partió del lugar chocando con personas curiosas por sus atuendos desgarrados, el cabello revuelto y marcas de cicatrices en su piel expuesta pero lo extraño era que parecía que el frío no parecía hacerle efecto.

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No entendía el porque su cuerpo no estaba, ante la idea de que ellos estuvieran cerca causó que saliera huyendo del lugar lo más pronto posible pero se detuvo ante unas voces era un alivio tener esa habilidad para pasar desapercibido pero no esperaba que estuvieran discutiendo enfrente de él.

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—¡COMO QUE ESCAPÓ!— el golpe contra el escritorio logró escucharse en todo el piso, Soraru sólo miraba hacia sus pies con un gesto de decepción por sus actos aunque por dentro se sentía como un niño después de una travesura.

—Bueno señor, tal parece que fue un éxito— el gesto molesto de su jefe lo hizo reconsiderar sus palabras —Quiero decir... Parece que creamos el sujeto que deseaba— lo vio sonreír, sintió un alivio momentáneo sabía que ocurriría después —Solo lamento no tener una muestra  para poder trabajar con usted— lo vio fruncir el ceño.