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Las alarmas activadas aturdian a sus sensibles receptores auditivos, las luces parpadeantes acompañaban su escape y aquellos pasos pesados a causa del momento uniforme de la institución donde fue creado lograban que decidiera otras alternativas de escape.
Un pulso eléctrico causó que sus pasos fallaran y dejara su andar un instante estaba tan cerca de la libertad.
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Observando en las cámaras como el sujeto de prueba volvía sin resistencia a su habitación.
—No entiendo.... ¿Por qué sigue empeñado con salir?— comentó observando cómo volvía a ser arrojado a la celda.
—Eso es lo increíble de los experimentos Urata— sonrió de forma burlona —El resultado final tiende a ser sorprendente.
Con un gesto infantil y adorable para los ojos de su superior le respondió —A pesar de ser costosos
—Oh vamos Urata— hizo un ademán con su mano quitándole importancia —¿Cuándo un experimento ha sido barato?
—Señor Soraru.... La próxima vez no podría evitar que mis soldados mueran en el proceso de recuperación.
—Oh vamos Nqrse... Necesito el registro de todas las variables, nuestro jefe quiere saber todo sobre esto.
—¿Desde cuando es mi jefe?— se cruzó de brazos molesto por dicha información.
—Desde que te paga.
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Abrió sus ojos no entendía porque estaba ahí, porque debía de soportar todo, sabía que su existencia dependía de los resultados de algo más no sabía de qué exactamente, pues cada vez que le visitaban hacían mención de que no habría ningún resultado o algún indicio de que todo daría ganancias.
Solo tenía algo en su cabeza todo el tiempo, salir a cualquier costa, era su misión programada. Solo le inquietaba una cosa que sucedería después de eso.
Abrió sus ojos lo más que pudo ante su inquietud parpadeó sintiendo aún esa mención. Realmente tenía derecho a pensar por si sólo o incluso sentir aquella inquietud.
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—Me voy al trabajo Luz...— le gritó a su inusual compañero, comenzaba a arrepentirse de haberlo aceptado, pero no debí quejarse siempre cumplía con la parte del trato, aunque siempre se preguntaba de dónde salía el dinero pues dicho amigo traía siempre consigo el dinero suficiente, siendo en sus cálculos más de lo que el ganaba en un mes.
Sin respuesta y como siempre acompañado de la curiosidad salió del apartamento.
—¡Oye trae algo de comer!— salió del único baño con una toalla en las manos y sin nada que lo cubriera —Debió irse ya — dejó salir un suspiro era su turno de pedir algo de comer, pero antes debía de iniciar su ducha comenzaba a ser tarde para su trabajo.
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—Y nuevamente tarde... Comenzaré a descontarle por cada segundo que...
—¡Estoy aquí Soraru!
—¿Por qué siempre tienes que llegar tarde?
