𓇢𓆸

—Soraru.... Despacio— el fuerte apretón alrededor de su brazo y el rápido andar le indicaban que debía hacer aquello de nuevo.

—Eres el único para calmarlo Nqrse

—Pero se supone que soy un soldado no un...

—Por favor por dinero cualquiera puede serlo... O ¿me equivoco?— lo miró divertido detuviendose un poco para ver la expresión de su amigo desde la infancia, ambos crecieron juntos en aquel barrio, en donde la pobreza había nacido, donde hacían lo posible para sobrevivir.

—Se supone que ya estamos bien económicamente hablando— se cruzó de brazos mirando a un punto cualquiera de la pared —Pero las costumbres no desaparecen en un parpadeo.... No tienes porque acompañarme— lo miró con una sonrisa y acarició su mejilla donde hace poco había recibido un golpe —Les daré tiempo... Solo espero que no se canse de mí.

—Kashitarou jamás lo haría— dejando de sentir su calidez en la mejilla comenzó a caminar rumbo al laboratorio de aquel que consideraba un vago, aunque no lo admitiera lo admiraba por tener todo en orden a pesar de siempre entregar sus trabajos tarde. Sería un día agotador para todos.

𓇢𓆸

El puño lo golpeó, más no sintió dolor pero vio al causante de gritar, tal vez tenía algunos dedos fracturados mientras el otro miraba sin entender.

—Esta vez no fallaré— nuevamente se lanzó contra el otro, quien comenzaba a preguntarse porque había elegido esa zona para entregar.

El que debía estar aquí debía ser Mafu— pensó al estar debajo de esa persona tratando de morir.

Sin ser visto se debatía en irse pero nuevamente el dolor de cabeza lo hizo debilitarse y dejarse en descubierto bajo la mirada atenta de ambos.

Uno de ellos detuvo su pelea y sin querer tener testigos sacó un cuchillo y se abalanzó contra él.

Pero aquel artefacto sólo lo atravesó sin derramar una gota de sangre sin esperar una respuesta lo golpeó sin mucha fuerza pero lo suficiente para haberlo matado tras estrellar su cráneo con aquella pared.

Caminó hacia al otro sujeto, quien huyó del lugar gritando que no diría nada. Hoy no era su día. Mientras tanto el castaño retiró el arma dejando ver parte de lo que era, poco a poco su piel parecía estirarse borrando esa herida miró una última vez el callejón antes de irse sin rumbo fijo.

𓇢𓆸

—¡Mafumafu! ¿A que clase de personas les haces entregas? Casi me matan porque no eran las donas pero ¡yo traía las donas rellenas!— su amigo agitado y nervioso hablaba tan rápido que no lograba entender del todo.

—Mi-chan te dije que era la entrega que tenías en tu misma zona no esa... Siempre entiendes otra cosa... Mejor ve a casa le diré a Sou y descuida me encargare de los reclamos.

Sin saber cómo, se retiró ignorando como unos sujetos ingresaban por la parte trasera del local.

𓇢𓆸

—Te dije que contratar a otro era mala idea.

—Tener otro repartidor y vender donas compradas de otro local era la fachada perfecta— se ocultó con el arma en las manos colocando el silenciador.

—Para la próxima checa a donde tiene que ir— le disparó a uno matandolo al instante y ocultándose ante el fuego cruzado.

—Solo fue un error— volvió a disparar.

—Un error que causó más trabajo

—Nadie te espera en casa o ¿está vez si?— preguntó tras eliminar al último.

—No... Pero también perdimos una buena clientela— pateó un cuerpo —Quizás debemos de ir personalmente para disculparnos del error— sonrió al igual que Sou.

𓇢𓆸

Despertó tratando de ver en la oscuridad, su cabeza dolía al igual que su cuerpo, lo curioso no recordaba mucho de él, esperaba que fuera una pesadilla aunque ese dolor en su cuerpo no fuera causa de su padrastro de nuevo.

—¿Mamá?— sus ojos se abrieron ante la voz que logró escuchar —Tengo miedo— susurró cerrando sus ojos quedándose en posición fetal.

𓇢𓆸

No esperaba verlo de nuevo, ¿lo había seguido? ¿Ya lo conocía? ¿Sería la próxima víctima?

—Mi compañero es un asesino serial puede matarte sin problemas— comentó al intruso quien parecía no reaccionar ante su amenaza.

—Necesito algo para calmar el dolor de cabeza— lo miro confundiendo al otro.

—¿Solo por eso entraste? ¿No vas a matarme?

—¿Por qué lo haría?

No quería explicarle porque podría ser una posibilidad ni preguntar como le hizo para ingresar si la puerta no parecía estar forzada ni se veía una ventana rota.

—Tranquilo Mi-chan, solo dale lo que necesita al acosador— pero por los nervios y su esperanza de vivir le entregó unas pastillas para dormir.

Por su parte el otro lo vio confundido, le había pedido algo para el dolor no comida como aquella que le daban en ese lugar, pero conociendo el tiempo que llevaba fuera podría ser una posibilidad de falta de alimento sin protestar se tragó la pastilla bajo la atenta mirada del joven quien miraba todo que esperaba con ansias los efectos de la misma pero se detuvo al verlo con detenimiento, pues él a pesar de tener un abrigo sentía frío se preguntaba como aquel con esas ropas ligeras parecía no estar muriéndose por el clima. Realmente hoy no era su día.

Sobrevivir Where stories live. Discover now