Las Chicas De La Banda

33. Arte de Van Gogh

-Eso está bien – ella asintió

- ¿Y cómo administran el dinero que ganan?

-Pues lo que nos pagan en las tocadas lo recibe Alex, ya vemos cuánto hay de ahí agarramos el veinte porciento para cosas de la banda, ya sea para platillos nuevos para mi batería, o cuerdas nuevas para guitarras de las chicas o un amplificador nuevo algo así, y lo demás ya lo dividimos en partes iguales para las tres

- ¿Quién escribe las canciones?

-Alex y Sam, yo aporto estrofas para que vayan en algunas canciones, a lo largo de lo que llevamos juntas solo eh escrito una canción que tiene el nombre de Pretty girl – nos miramos y sonrió

-Es genial que dividan las ganancias en partes iguales – asintió – ¿solo de eso estas? – negó

-Tengo un trabajo – mis papás se asombraron – trabajo en el arcade del centro, llevo un año trabajando ahí de hecho, primero empezó porque mis padres dijeron que no hago nada fue en vacaciones claro, entonces busque trabajo de medio tiempo en lo que las vacaciones pasaban, cuando entre a la escuela me modificaron mis horas de trabajo para que pudiera estudiar, ahora solo trabajo los martes y jueves, pero me toco cubrir un turno ayer y también lo trabaje

-Impresionante, ¿te compras tus propias cosas entonces? – asintió

-Eso, y le doy dinero a mi madre igual

- ¿Tienes hermanos? – asentí

-Uno, dos año mayor que yo

- ¿Qué dicen tus padres con el tema de la música? – mi mamá se metió a la conversación

-No les agrada que hable sobre eso, cuando me ven ensayando en el garaje se molestan, por eso es que casi no ensayo en casa, las chicas ensayan ahí cuando ellos no están, porque el tema de mover una batería es un poco difícil saben

-Si pues, es un instrumento grande, pero que mal que no les agrade tener una hija talentosa

-Sí bueno, no todos los padres son como ustedes, son padres geniales – ambos sonrieron

-Tratamos de hacer lo mejor – sonreí hacia mamá – las queremos, lo que les haga feliz la apoyamos

-Aunque eso implique irse a estudiar a otra ciudad ese sueño no se lo quitaremos mientras sean feliz – Taylor frunció el ceño y me miro, negué

La tarde transcurrió en platicas y risas, mis papás le hacia varias preguntas a ella, y mamá un par de veces le contaba una anécdota que le recordaba a mi de niña, me moría de la vergüenza, pero la estaban pasando bien, estaba siendo un buen fin de semana.

                            Taylor

Estaba en su casa

Me alegro que las cosas entre nosotras no son incomodas

El día de ayer su madre me invito a comer y como no pude decir que no para no sonar grosera acepté

Hace un rato habíamos terminado de comer, sus padres se mostraron amables como siempre y más de una ocasión me hicieron reír, debo admitir que la señora Dugés cocina muy bien, igual el postre que hizo Paula estuvo delicioso

-No sabia que sabias hacer postres – dije una vez que entramos a su habitación

-No lo acostumbro, pero si, cuando se me antoja algo dulce lo preparo

-Pues estaba delicioso

-Me alegro que te allá gustado – miré a mi alrededor – Bienvenida a mi habitación – sonreí