Capítulo 5

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Elise bostezó e intentó concentrarse en las columnas de números que tenía ante sí. Llevaba una hora intentando encontrar una discrepancia entre las cuentas de Carmine Mercado con las de su sucesor, Frank del Brio, y las de la empresa familiar Mercado Trucking Company.

Parecía que todo estaba en orden, pero había algo que no le cuadraba. Todavía no sabía qué era, pero estaba decidida a averiguarlo.

Elise se reclinó y cerró los ojos. Le costaba concentrarse. En parte, por el encuentro que había tenido con Cole la noche anterior. Cada vez que recordaba cómo se habían besado y cómo se había entregado a él, se sonrojaba y sentía que un profundo calor se apoderaba de todo su cuerpo.

Elise se puso en pie y se acercó al ventanal que daba al jardín. Desde allí, observó los árboles y se preguntó qué habría visto en Cole que se le hacía tan irresistible. ¿Por qué no podía parar de pensar en él?

De repente, sintió una deliciosa tensión por todo el cuerpo y las rodillas le temblaron, así que volvió a la mesa, marcó con un bolígrafo el lugar en el que se había quedado, anotó una cifra y apagó la calculadora.

Había cosas en la vida que era mejor no explorar y su repentina atracción por Cole el cavernícola era una de ellas.

Lo que necesitaba era encontrar algo que la distrajera de aquel hombre y la devolviera a su investigación, encontrar la pista que le permitiera conectar a la familia Mercado con el tráfico de armas.

Tras consultar la hora que era, se acercó al armario y agarró un top de deporte fucsia y unos pantalones cortos a juego, los metió en una bolsa y los acompañó de unos bañadores y ropa limpia con la decisión de pasar un buen rato en el gimnasio del Lone Star y hacerse luego unos cuantos largos en la piscina olímpica cubierta.

Por si acaso.

Para cuando hubiera terminado, estaría lo suficientemente relajada como para poder volverse a poner a investigar la conexión entre los terroristas de El Jefe en Mezcaya y la familia Mercado.

Elise sonrió mientras agarraba las llaves del coche y se dirigía a la puerta pensando que lo más probable era que Ricky Mercado y John Valente estuvieran en el club, pues había empezado el festival de verano. A lo mejor, tenía la oportunidad de observarlos y puede que obtuviera alguna pista que la ayudara a llevar a buen puerto su investigación.

Y, cuanto antes sucediera aquello, antes podría volver a Virginia para olvidarse de Cole Yardley.

Quizás, entonces, recuperara la cordura.

* * *

Cuando Elise llegó a la piscina después de haber estado en el gimnasio, la encontró prácticamente vacía. Sólo había un hombre nadando. Elise se encontró mirándolo fascinada, pues nadaba muy bien. De repente, se dio cuenta de que aquel hombre se le hacía familiar. ¡Era Cole el cavernícola!

Genial. Así que había ido al club de campo para intentar no pensar en él y se lo encontraba nadando. ¡Y allí estaba, admirando su fantástico cuerpo!

Elise decidió irse antes de que Cole reparara en ella, pero no le dio tiempo, pues ya la había visto.

—Hola, Campbell, ¿echamos una carrera? —la saludó Cole agarrándose al bordillo.

—No.

—¿Tienes miedo de perder?

—Claro que no —se rio Elise.

—Entonces, anímate.

—No quiero dañar tu frágil ego.

Cole se rio.

Eclipse de PasiónWhere stories live. Discover now