Abrazos

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Sonia odia los abrazos, pues le recuerdan a las despedidas. Esas que en el fondo sabes que son para siempre, por las cuales tu abrazo dura más, donde procuras sentir a la otra persona y le haces saber lo mucho que la extrañarás. Ella lo sabe muy bien, por lo que no quiere volver a repetirlo.

Sonia recordaba la primera ocasión que experimentó aquella sensación: al volverse campeón de Galar, Lionel tenía mayores prioridades que pasar el tiempo con sus amigos. Por supuesto, era algo de lo que en un inicio no era consciente, ignorante de lo que próximos años haría eso de su relación con los demás.

«¡Volveré en una semana! Te prometo que iremos a ese restaurant del que te hablé"», dijo aquella vez, abrazándola de improviso y girando con ella antes de abordar el taxi Corviknight. Sonia simplemente alzó su mano en señal de despedida mientras ansiaba volver a sentir los brazos de su amigo rodeándola cuando se encontrasen de nuevo. Empero, eso no sucedió. La semana prometida se convirtió en meses y estos, en años.

En la segunda ocasión, él había dejado de ser campeón. Las veces en las que sus caminos se encontraban eran pocas y, en su mayoría, por su labor de profesora. Ya no conversaron sobre aquella promesa infantil que, de seguro, él no recordaba. Sonia tuvo el pensamiento egoísta de que, ya que Lionel había perdido el título del imbatible, podrían volver a verse más seguido y recuperar el tiempo perdido... pero no.

«¿Salimos en unos días? ¡quiero tener la Torre Batalla lista para nuevos retadores!», la abrazó de improviso antes de abordar el tren que lo llevaría de vuelta a su nueva vida. Ella solo asintió mientras notaba como se separaban, en cámara lenta, y alzaba su rostro para ver aquella sonrisa a la que le es imposible decir que no. Creyó una vez más en sus palabras, pactadas en dicho abrazo tan lleno de confort. Aún así, esa salida nunca ocurrió.

La tercera es la vencida, suelen decir, y Sonia se aferró a ello cuando tenía que volver a despedirse de Lionel apenas luego de haberse vuelto a ver un par de meses posterior al último adiós. Tenía en sus manos la carta de invitación para Hop al torneo de las estrellas, arrugándola un poco sin querer al escuchar de nuevo una promesa que posiblemente no se pueda concretar. «Volveré pronto». Ya sentía la incomodidad de sus abrazos, pero quiso creer, aunque sea una última vez.

Detestaba sentirse enfadada con Lionel por algo nimio como un encuentro. Después de todo, él tenía una vida, ella también, y se sentía egoísta por quererlo solo para ella. Aún así, ay, aún así, no podía evitar relacionar los abrazos a no volverlo a ver por un largo período de tiempo. Ya no los deseaba, ni con él ni con nadie. Se había jurado no volver a darlos con tal de no perder a las personas que amaba.

Sin embargo, está a nada de volver a realizarlo.

Acompañaba a Lionel al aeropuerto de Ciudad Puntera luego de pasar el fin de semana juntos al encontrarse ambos realizando actividades en dicha ciudad. El excampeón se iría a Kanto como parte de unas actividades que tenía ya planeadas. Sonia, por su parte, regresaría a su laboratorio a seguir con sus investigaciones. Llevaban años sin verse, por lo que aprovecharon al máximo su encuentro saliendo a pasear y actualizándose respecto a sus vidas. No había par en Galar que tuviera tal conexión como la de ellos...

Pero debían separarse nuevamente, y quien sabe hasta cuándo esta vez.

— Gracias por acompañarme, recordé cuando me perdía en las rutas y tú me guiabas hacia la siguiente ciudad. — rio él con nerviosismo — La he pasado increíble contigo, como siempre, ¿un abrazo?

Estiró sus brazos y esperó por ella... sin embargo, solo notó como Sonia retrocedió instintivamente.

— Si te abrazo te irás hasta quien sabe cuándo, como todas las veces anteriores.

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