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-¿Vivir contigo?-pregunté confusa. No había manera de que yo me pudiera ir a vivir con él. Apenas y había logrado convencer a mis padres de que me dejaran vivir en otra ciudad por mi cuenta.


-¿Entonces que dices?- contestó esperando mi respuesta.


Me giré a ver a mi amiga, esperando que su mirada fuera igual de sorpresiva que la mía, pero ella estaba en la puerta, sonriendo mientras esperaba también mi respuesta. Me gire al otro lado de la habitación para ver la expresión de Nico, pero parecía estar igual de feliz que Leila.


-No puedo, no ahora- dije dando media vuelta.


-¡¿No?!- dijeron todos al unisono


-La universidad me quedaría más lejos, y no pienso dejar sola a Leila. Aparte habíamos acordado pagar la mitad de la renta y no la puedo dejar todo a ella. Y piensen que dirían mis papas si les digo que me fui a vivir con mi novio-.


-Amiga- dijo Leila mientras caminaba hacia mi. -Por una vez en tu vida no tengas miedo y vive como se debe, y más que tu y yo sabemos que te importa un comino lo que piensen tus papas-.


Me tomó por los hombros mientras me hacía entrar en razón. -Aparte sabes cuanto odia Nico vivir en los dormitorios de la universidad y cuanto le gustaría vivir aquí-.


Nico se acercó y asintió con la cabeza mientras seguían esperando una respuesta de mi parte.


Sentía como mi corazón se aceleraba y me ponía muy nerviosa, ¿pero que era lo que me hacía estar así?


No era que no quisiera vivir con Connor, o dejar a Leila con Nico, era algo diferente, algo que no podía expresar con palabras, como si algo dentro, muy dentro de mi me estuviera tratando de advertir.


Busque a Connor con la mirada. Estaba sentado en la esquina de la cama con la cabeza entre los hombros y la mirada fija en el piso.



Se giró para verme y no tuve que pensarlo dos veces, esto no lo haría solo por mi, también por él. Si de algo estaba segura es de que yo realmente lo quería y cuando quieres a alguien haces todo por que este feliz.



-Connor- lo llamé para que nuestros ojos se conectaran. -¿Te importaría ayudarme a llevar mis cosas mañana?- dije mientras él corría y me tomaba entre sus brazos.


-Solo te faltan alas para ser un ángel de verdad- dijo y me beso.


Connor no paraba de mirarme y sonreir cada vez que podía.


-Connor, me pones nerviosa cada vez que me miras tanto-.


Él me miraba más a mi de lo que miraba la calle, yo sabía que era un excelente conductor pero en serio no dejaba de mirarme.


-Esque, no puedo creer que me estén pasando tantas cosas buenas que siento que todo es un sueño y solo tengo que mirarte para darme cuenta de que tu eres mucho más que un sueño para mi-.

Please Don't GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora