Capítulo 12

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12

— Vamos, que te llevo a casa. — Me dice Ryan.

Yo me quedo en mi sitio pensando en las palabras que acaba de decir Harry, ¿qué ha querido decir con eso? ¿Soy diferente? ¿En que sentido? Esto me queda con más dudas de las que tenía con Harry, esas dudas que tanto deseo aclarar. Algo dentro de mi quiere conocer a Harry, saber sus miedos, saber cuando hace los años, cual es su película favorita, saber todo de él. ¿Pero y esta mierda que siento? Nadie me ha hecho sentir así nunca, nadie a captado mi atención como para querer saber su vida entera pero Harry es la excepción de todo.

Ryan me saca de mis pensamientos tirando de mi mano hacia su coche. Después de unos minutos llegamos a mi casa y me giro hacia Ryan avergonzada.

— Bueno, tengo que entrar. — Le digo la cosa más tonta que he dicho en mi vida.

— Em, si. Que descanses, Molly. — Me dice antes de inclinarse.

Siento su respiración muy cerca de mi cara, está mirando mis labios y eso solo significa una cosa, me quiere besar, pero yo no puedo hacer esto con todo lo que tengo en la cabeza. Cuando se inclina del todo para juntar nuestros labios me gira así haciendo que deje un beso en mi mejilla derecha.

— B-buenas noches. — Digo rápido tartamudeando.

Salgo del coche corriendo y me encamino a la puerta de la casa todo lo rápido que me dejan los tacones. Cuando entro me apoyo en la puerta soltando un largo suspiro, aunque no se porque estoy más tranquila si estoy en la casa de Harry y tarde o temprano él llegará.

Subo las escaleras hacia mi cuarto, cuando entro por la puerta la cierro detrás de mí y enciendo la luz.

Un grito sale de mi boca cuando veo una figura sentada en la cama con la cabeza agachada mirándose los pies. Una mata de rizos es lo único que puedo ver y después de un rato unos preciosos ojos esmeraldas.

— ¿Q-qué haces aquí?

¿Cuándo he empezado a tartamudear tanto?

— Solo estoy aquí para decirte que lo siento por lo de antes, no estaba del todo bien. Olvida todo lo que he dicho. — Me dice de la forma más fría que alguien te puede hablar.

Algo dentro de mí se rompe y las lágrimas se acumulan en la parte de atrás de mis ojos. Nunca voy a cambiar, el problema de mi vida siempre ha sido hacerme ilusiones antes de tiempo. Con mi único novio que he tenido me hice ilusiones demasiado pronto, cuando me quedé sin casa yo pensaba que era el hombre de mi vida por eso lo dejé todo y me fui con él. Pero estaba demasiado ciega, ciega por un amor que me inventé yo, el mismo que me estoy inventando en este momento. Lo mejor es volver a como estábamos cuando nos conocimos, yo le odiaba y él me odiaba.

— No tienes que sentir nada, no me tienes que dar explicaciones. Y ahora si has acabado, largo de aquí. — Le digo apuntando a la puerta cerrada de mi habitación.

Él me mira sorprendido por mi voz fría y se pone de pie de repente. Su altura inclinando ma balanza hacia él, nunca voy a poner discutir con él seriamente cuando es una cabeza más alto que yo. Se pega a mi cuerpo hacia que de un paso hacia atrás pero choco con la puerta. Me returzo cuando noto el golpe de la manilla de la puerta contra mi espalda y un leve gruñido sale de mi boca.

Me mira con una sonrisa en la cara como si lo que me acabara de suceder fuera lo más gracioso del mundo. Una de sus manos se coloca en la puerta al lado de mi cabeza para no dejarme ir.

— Ay, Molly Molly, ¿cuándo aprenderas que no me tienes que hablar así? — Me dice.

Con su otra mano coloca un mechón de pelo detrás de mi oreja, en cualquier otro momento este gesto me hubiera parecido algo bonito pero ahora me da hasta miedo.

— ¿Te crees con el derecho de hablarme como si fuera una mierda y luego decirme que no lo haga yo? — Me río. — Aquí tú no eres más que nadie.

Su mandíbula se tensa y la mano que hay en la puerta se forma en un puño. Su cara está roja de la rabia y unos rizos rebeldes le caen por la cara delante de sus ojos.

Siento su agitada respiración contra la mía y escucho los latidos de mi propio corazón contra mi pecho.

— Eres un cría, una puñetera cría que no sabe nada de la vida. — Me gruñe.

¿Pero que dice?

— ¿Acaso me conoces? ¿Acaso sabes algo de mí como para decirme que no se nada de la vida? No tienes ni idea de lo que he pasado. — Le grito.

Harry sonríe con su perfecta sonrisa y a mí me entran ganas de pegar mi puño contra sus blancos dientes perfectamente colocados.

— ¿Qué te ha pasado? ¿Qué tus papis se han muerto y has tenidos que ir a una casa de acogida donde te lo daban todo hecho por pena de ser niñitas sin padres? — Dice.

Mi mano abierto va hacia su mejilla y ahora ya me siento mucho más calmada. Se lo merece, merece hasta una maldita maliza que le quede sin huesos. ¿Cómo se atreve a decirme que he tenido todo fácil en la vida por pena? Él no tiene ni idea lo difícil que ha sido mi vida, durmiendo en bancos incómodos viendo pasar a gente riéndose de la pobre chica que no tiene donde caerse muerta, tener que robar en supermercados para poder llevarme algo la boca y no morirme de hambre. ¿Eso ha sido una vida fácil?

Ni se te ocurra volver a ponerme una mano encima. — Me gruñe mientras cierras sus ojos fuerte.

Cuando los abre tiene las pupilas mucho más dilatadas, ahora su perfecto verde parece casi invisible para mi vista.

— ¿Qué vas a hacer? ¿Qué me vas a hacer si te vuelvo a golpear? — Le encaro.

Él por un momento sonríe, gira su cabeza hacia su derecha y cuando me quiero dar cuenta tengo sus labios sobre los míos.

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⏰ Última actualización: May 12, 2015 ⏰

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