Jk: si te entiendo. Te entiendo perfectamente, porque yo también me siento así. Yo también siento esa falta, pero ¿sabes que más siento? -el mayor negó- siento que me estas echando toda la culpa a mi. Siento que tu irritación y enojo me los estás echando a mi. -se señalaba cada vez que salía la palabra "mi" de su boca.

Jm: no estoy haciendo nada de eso. Es tu mente la que te hace pensar eso. -le señaló- yo...yo solo quiero tenerlos aquí.

Jk: y por eso lo haces. Por esa desesperación piensas que yo mágicamente los haré aparecer. -le miraba directamente.

Jimin no dijo nada. Si seguía hablando terminarían en una discusión que quería evitar a toda costa. No quería pelear, quería a sus hijos de vuelta, pero se estaba dando cuenta de que mientras pedía eso ignoraba muchas cosas a su alrededor. Ignoraba el cansancio que recorría su cuerpo y que este mismo le pedía descansar. Ignoraba que Jungkook estuviera día y noche despierto y alerta a cualquier cosa solo por sus hijos. Ignoraba el hecho de que cada persona a su alrededor esté haciendo algo para tenerlos devuelta. Pero lo que más ignoraba era el simple hecho de no estar apoyando a su esposo en su búsqueda. Su dolor le cegaba más y la desesperación también y eso era lo que no quería. Eso era lo que quería evitar.

Miró a Jungkook fijamente y pronto sus ojos se cristalizaron. Él no merecía esto. No, para nada.

Jm: lo siento... -no dijo nada más y solo se abalanzó hacia él y le otorgó un fuerte abrazo que fue correspondido de inmediato.

Sabía que esto también le dolía a su esposo. Sabía que esto podía hacerles daño y sabía que quizás si todo empeoraba podía, hasta incluso, ponerse como cuando Lisa murió. Y Jimin quería evitar eso a toda costa.

>>perdóname en serio. Últimamente he estado muy dolido y si, me he desesperado mucho, pero no puedo evitarlo. Los necesito aquí conmigo. -musitaba en su pecho mientras sentía sus lágrimas correr y el pecho agitado de su esposo, pues él también estaba llorando. 

Jk: lo sé, lo sé, lo sé jodidamente bien y me duele el no poder traerlos de una vez como tanto quiero. -su barbilla reposaba en la cabeza del mayor mientras sus lágrimas bajaban- perdón por estar diciendo esas cosas. Estoy muy alterado. -Jimin salió de su escondite y limpio sus lágrimas. Alzó su mirada y observó el rostro del menor empapado en lágrimas. No dudo ni un segundo en acercársele y pegar sus labios con los de Jungkook. Nada mas fue un roce. No había nada más.

Jm: los encontraremos juntos. -murmuró tiempo después.

Jk: lo haremos. -se dieron un pico y se volvieron a abrazar otra vez.

Ojalá y sus deseos, pensamientos, ruegos fueran escuchados por todos los dioses. Solo querían tener a sus hijos de vuelta. ¿Era tanto pedir?

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El cuello le dolía a montones, pero no podía hacer nada, pues ella se lo busco durmiendo en aquella banca.

Abrió la puerta de su casa, la cual le sorprendió al estar abierta y sin ningún tipo de seguro o algo por el estilo.

Todo estaba en silencio y eso no le preocupó en nada. En su mente viajaron un montón de imágenes en las cueles sus madres podrían estar durmiendo abrazadas en la cama sin ningún problema, pero al recordar lo sucedido la noche anterior borro todo y negó sintiéndose incrédula e idiota.

Yj: mierda... -su mano fue a parar a su cuello. Aun estaba de pie pegada a la puerta de entrada. Al parecer nadie había notado su llegada.

Camino despacio hacia su cuarto. En su otra mano llevaba doblada la foto del pequeño Min y la cuchilla que pensaba usar anoche. Su habitación estaba cerrada y en la puerta había un papel con letras que daba un mensaje.

"Estoy trabajando. Tu madre no volverá. Se ha ido para no volver jamás. Volveré a eso de las 7 u 8. Espérame despierta. Me dejaste muy preocupada.

                                                                 —Ryujin"

Le restó importancia a la nota. Solo quería dormir y dejarse llevar por un mundo que ella misma crea. Todo a su alrededor daba vueltas y poco le importaba. No tenía a casi nadie que quisiera interesarse en ella. Jisoo seguramente estaría ocupada haciendo algo y su mamá trabajando. No sabía donde se encontraba su madre. Quizás como dijo su mamá; se fue para siempre, pero le preocupaba el hecho de no haberse despedido. Aunque, si lo pensaba bien, quizás no se despidió porque ya no la quería y porque ya había suficiente con ella. Seguro se había hartado y por eso no se despidió.

Sus ojos se fijaron en el techo blanco de su habitación. Pensó y pensó en muchas cosas, que quizás nunca tendrían respuesta.

Tenía tantas preguntas que no se atrevía a decir en voz alta.

Yulia le preocupaba. No sabía dónde estaba y aunque tuvieron un momento en el cual pelearon, no dejaron de ser amigas y eso le hacía sentir faltal. Podía ayudarla, pero ¿cómo? No sabía dónde estaba. Ni ella ni su hermano menor.

Le dolía la cabeza. Intento cerrar sus ojos y lo que vio fueron pesadillas, pero ya estaba acostumbrada, así que lo dejó pasar. No notó cuando su mamá llegó a la casa e intento saludarla. Esta la paso de largo y preparo la cena.

Ocultaba sus lágrimas silenciosamente solo para no despertar a su hija, pero la botella de vino y las fotos de ella junto a su esposa e hija solo daba a entender que había entrado en depresión.

Eso le podía hacer daño.

A ella y a la bebé.

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Con su mano hacia círculos en su panza intento calmar el ruido de esta. Tenía hambre. Mucha hambre.

Mh: lia... -llamó en un pequeño murmullo.

Yl: dime, pequeño. -acarició su rostro.

Mh: ambe... -pronunció señalando su boca con su dedito índice.

Yl: lo sé, pequeño. Lo sé. Pero no puedo hacer nada. -le miró los ojos notando como estos brillaban por las lágrimas que se encontraba reteniendo- yo también tengo hambre, pero no sé dónde hay comida. -MinHyuk sollozó.

Sj: shh. -musitó cerca de ellos- has que se calle. Sino, Jung-Soo vendrá y será peor. -susurraba como si fuera a ser escuchadas por las dos personas en el piso de arriba.

La pelinegra intento callar a su hermano, peor mientras más lo hacía más lloraba. Se sentía cansada y al parecer si hermano también, pero no podía hacer nada. Estaban amarrados a ese tubo y no habían comido. Por más que pidieran comida, no se la traían. Sus brazos estaban cansados, pero no quería soltar a su hermano. Dejarlo en ese suelo sucio era como dejarlo en un basurero. Podía enfermarse por algún tipo de virus o bacteria que se encontrara allí. Dudaba mucho que ese lugar estuviera limpio, así que se abstuvo.

Meció a su hermano en sus brazos para intentar calmarlo, pero no logró nada.

Yl: Min, por favor. -susurró.

El llanto cesó después de unos minutos. Sus ojitos hinchados se cerraron de lo cansado que estaba. Era mejor dormir que vivir y pasar hambre.

Yulia solo esperaba que por fin fueran encontrados.

Un Nuevo regalo Inesperado (completa) ~•kookmin•~ Where stories live. Discover now