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La nota.

La nota había cambiado mucho la simple vida de Jeongin. El lo consideraba un "remolino". Después que esto pasa, nada vuelve a ser igual, desordena unas cosas, destruye otras.

Cuando fue al salón de Minho para preguntarle si podía ayudarle en su misión, nunca pensó que iba a encontrar un nuevo grupo de amigos y que además, desarrollara un amor por la cocina, igual que su amigo Hyunjin.

La nota todavía estaba pegada con cinta adhesiva en la pared frente a su escritorio. Le gustaría mucho poder saber quien fue el autor o autora de esa nota, poder decirle gracias por gustarle. Pero todo se fue al caño desde que besó a Lee.

Seungmin le decía que era algo tonto que sintiera estar defraudando a la persona de la nota por haber besado a su Hyung.

¿Cómo quieren que se sienta? Jeongin no es una mala persona ni una persona sin corazón, sabía cómo se sentía un rechazo y lo mucho que dolía, no quería hacerle lo mismo a la persona de la nota.

— Ni una señal de vida ha dado, ¿Qué pretendes? — Seungmin atacó de nuevo los pensamientos de Jeongin con sus "sabias" palabras.

— No lo entiendes, es que, todavía creo que tiene posibilidades de mandarme otra. — Yang era demasiado amable para este mundo.

— Si esta semana no te deja nada, ni en el locker, ni en tu silla, date por vencido y quédate con Minho. — Concluyó.

— No sé si Minho Hyung quiera verme de nuevo. — Dijo. — Cuando le besé se veía raro, como si no le hubiera gustado que yo le besara. — Enfatizó en la palabra "yo", apuntándose.

— Capaz la sorpresa, ¿Cómo vas a saber si le gustó o no si no le preguntas?

— Me da vergüenza. — Confesó.

— Entonces cómo te vas a quedar con Minho si no le hablas?! — Exclamó. — Le voy a hablar y le voy a decir "Jeongin quiere besarte de nuevo y de nuevo y de nuevo, dale una oportunidad y dile que te gustó su beso"

— ¡Seungmin! — Gritó. — Que ni se te ocurra. — El otro chico solo se alzó de hombros y dejaron hasta allí el tema.


— No puedo con esto. — Reclamó contra la almohada de Jisung.

— ¿Viniste a mi casa solo para llorar contra mi almohada y exclamar que tu vida es miserable? — Preguntó Jisung.

— Sí.

— Deberías hablar con él y decirle que no le pudiste decir nada porque estabas muy sorprendido. — Aconsejó.

— Jeongin debe pensar que lo odio y seguro me odia ahora. — Golpeó su cabeza contra la almohada varias veces.

— Pero, a ver, ¿quién dio el beso primero? — Preguntó mientras le quitaba la almohada a Minho.

— Yo.

— La cagaste. — Y con eso, Minho le arrebató la almohada y lloriqueó en ella. — Digo, ahm, ¿pero él lo siguió?

— Lo profundizó, luego yo le seguí pero escuché unos pasos y me separé. — Relató.

— Tal vez pensó que no te gustó, y por eso estuviste raro después. No sabe lo gallina que eres. — Soltó unas risitas y Lee le golpeó con otra almohada mientras se daba vuelta y quedaba boca arriba en la cama.

— ¿Qué debería hacer?.

— Decirle que no te lo esperabas y por eso estuviste raro, pero que agradecías su beso. — Lo último lo dijo con duda, no se le ocurría ninguna otra excusa.

— ¿Quién le agradece a alguien por un beso? — Minho frunce el ceño. — Solo le diré que estaba sorprendido, es todo.

— Suerte.


Caminaba por los pasillos mirando a todos lados, tenía miedo de encontrarse a Jeongin. No se sentía listo, pero debía hacerlo.

Cuando llegó a su locker, lo abrió y sacó lo que necesitaba, pero al fondo de este, notó un cuadernillo de notas viejo. Lo tomó en sus manos y lo guardó en su mochila, tal vez lo necesitaría.

— Minho. — El mencionado saltó en su lugar y se dió media vuelta, encarando a Seungmin, quien tenía el ceño fruncido y con sus brazos agarraba sus libros.

— Seungmin. — Tragó duro, sabía que algo tenía que ver con Jeongin, ya que era su mejor amigo.

— Sé lo que pasó y necesito que me aclares que fue lo que de verdad pasó contigo.

— ¿Eh? ¿Por qué debería decirte eso? — Lee dijo. — Lo que pase por mi mente no te debería interesar. — Le sacó la lengua y cerró su locker. De parte del menor, recibió un pellizco en su brazo.

— Jeongin está triste.

— ¿Enserio? ¿Dónde está? — Preguntó preocupado, Seungmin sonrió.

— En su salón.

Y Minho caminó seguro hacía el salón del chico, esperando verlo ahí y explicarle lo que había pasado entre ellos el día del cine.

𝗠𝗮𝘁𝗵𝘀 𝗕𝗼𝗼𝗸 ; 𝗠𝗶𝗻𝗷𝗲𝗼𝗻𝗴Where stories live. Discover now