EPÍLOGO.

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JiMin marcó en su calendario el 25 de diciembre como una fecha muy especial.

Si alguien le hubiera dicho un tiempo atrás que estaría comprometido con alguien, quizás se hubiese reído porque para el JiMin de aquel tiempo, era prácticamente imposible estar involucrado en un compromiso tan fuerte como lo era ese.

Pero ahora que veía a YoonGi a su lado, la forma en la cual su corazón se alocaba por tenerlo cerca, él como su cuerpo respondía al mayor y como este se encargaba de destruir y reconstruir su mundo, comprendió que todo había valido la pena.

Despertar sabiendo que YoonGi estaba a su lado era como sentirse ganador, incluso aunque su día fuera una total mierda, regresar a casa y encontrarse con YoonGi lo hacía olvidar cualquier problema.

Sentía que vivía en un cuento, un cuento que empezó con muchos tropiezos, que los hizo caerse un montón de veces, pero que de forma única lograba unirlos una y otra y otra vez.

Ahora que ambos habían dejado Corea por un supuesto viaje de vacaciones y caminaban tranquilamente por las calles de las Vegas, JiMin no podía contener su emoción en ningún momento.

Cada vez que veía a YoonGi no podía evitar querer probar sus labios, sentir sus manos sobre su cuerpo y escucharlo decir que le amaba.

—JungKook llegará en la tarde con TaeHyung. —La voz de YoonGi se escuchó a su lado, JiMin asintió emocionado mientras sentía el agarre en su mano volverse un poco más fuerte. —Has estado callado toda la mañana, muy sumergido en tus pensamientos. —Susurró mientras caminaban entre la gente. —¿Algo te preocupa?

—En realidad todavía no puedo creer que todo esto pasara. —YoonGi le observó de reojo. —Me pediste matrimonio y hoy estamos aquí en las Vegas, a solo horas de que pueda decir que soy tu esposo y que tú eres mío.

—Desde el primer momento que me dejaste entrar a tu vida fui tuyo, JiMin. —El menor le observó fijamente mientras se relamía los labios de forma ansiosa. —Quizás ni siquiera necesitamos el papel porque a Corea le vale mierda todo esto, pero yo... —JiMin negó, acortando la escasa distancia que había entre ellos.

—Felizmente puedo quedarme aquí contigo, mi hogar está donde tú estés, a mamá y a JiHyun podemos visitarlos de vez en cuando, incluso podemos pagarles el avión, no necesitamos de nada más ni de nadie, solo somos tú y yo, quiero ser egoísta y tenerte solo conmigo.  —YoonGi sonrió dejando un pequeño beso sobre los labios del menor. JiMin se relamió los mismos luego de aquel efímero contacto.

—Es muy provocativo, Park, ¿Tendrás alguna otra forma de hacerme pensar quedarme aquí contigo?

—Podemos ir al hotel y te puedo mostrar lo bueno que soy convenciendo a la gente, Min. —Susurró con un aire provocador que embriagó al pálido.

YoonGi no tardó en aceptar.

Pero para sorpresa de ambos, cuando llegaron se encontraron con un par de maletas frente a la puerta de su habitación y a TaeHyung, JungKook y Jisoo sonrientes frente a ellos.

JungKook había alegado que no podría esperar más para verlos, cuestionando la poca preparación que tenían para todo lo que debían hacer, siendo esta la perfecta excusa de su repentina aparición.

Por más que JiMin se quejó, igual terminó siendo alejado de YoonGi mientras TaeHyung hablaba de una buena tienda que había visto por internet y Jisoo le aconsejaba sobre algunas cosas básicas para su gran momento de brillar.

YoonGi observó a JungKook y este se encogió de hombros, completamente desinteresado mientras cargaba un pequeño cachorro en sus brazos.

—Me dijiste que vendrías a la hora exacta. —Le recriminó el mayor observándole fijamente.

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