Capítulo 14: Recuerdos.

108 6 3
                                    


[Pov Jeff]

Sentía un murmuro un tanto lejano, pesé a sentirme despierto estaba todo oscuro, quizá se encontraba de noche. En un intento de sentarme rápido lo único que conseguí fue moverme apenas, soltando un jadeo al tiempo en que por todo mi abdomen comenzaba a aflorar un dolor punzante.

Lleve una mano directo a mi abdomen, sintiendo la tela del vendaje rodearlo a medida que mi otra mano pasaba por mi rostro, quitando lo que parecía ser una venda. La luz blanca me deja ciego por unos segundos y lo único que consigo divisar son ligeras manchas con distintas formas a medida que mis ojos se van a costumbrando a la iluminación del lugar.

-Finalmente despiertas por completo.

Giro mi rostro para verificar quien me hablaba, frunciendo el ceño al toparme con el chico al que Slender había visitado en la zona prohibida. Al pensar en Slender los recuerdos de lo ocurrido llegan de forma rápida e intento levantarme nuevamente sin mucho exito.

-Quieto, aún no deberías moverte o la herida se abrirá.

Suelto un gruñido cuando el chico apoyo su mano sobre mi hombro para volver a recostarme, como si fuese un niño que no entendiera las cosas.

-¿Donde esta Slender?

-¿Ni si quiera te interesa saber donde estas o que paso exactamente? ¿En serio tu primer pensamiento es ese flacucho?

Si hubiese tenido las energías para golpear al contrario lo hubiese hecho sin dudarlo ni un solo segundo, apoye mi cabeza por completo en la almohada observando mi alrededor, se parecía bastante a uno de los cuartos del sótano de la CreepyHouse.

El chico soltó un suspiro y se acerco más a mi, quitando lo suficiente las mantas para comenzar a palpar mi abdomen, lo cual era además de doloroso, incomodo. No estaba entendiendo nada, mucho menos conseguía entender que demonios hacía ese chico ayudándole como si nada.

-Slender sigue inconsciente, lleva así tres días debido a la perdida de sangre que tuvo y lo severo de sus heridas.

-¿Y tu que haces aquí? 

Parecía querer responderme pero fue interrumpido al instante en que la puerta se abrió de par en par, dejando ver a Albert, quien al toparse con mi mirada sonrió de inmediato. Un sentimiento de culpa me invadió al verlo, al sentir como me abrazaba con tanta delicadeza y tuve que hacer un gran esfuerzo por no llorar para cuando dejo un beso en mi frente. ¿Cómo era posible que teniéndolo a él a mi lado, pensará primero en alguien que no sentía ni lo más mínimo por mi? 

-Deberías dejar que descanse, Albert... El chico es un humano a fin de cuentas y no puedes olvidar eso.

-Pero se encuentra bien, Dante, eso es lo importante. /Albert tomo mis manos con suavidad, dejando pequeñas caricias./ Te juró que la próxima vez que me tope con Rake, lo mataré.

Dirigí mi mirada hacia Dante, no tenía idea de como Albert y él se conocían ni me importaba mucho en ese momento, solo podía recordar en como Slender parecía estar derrotado al intentar protegerme aquella noche. 

-Bueno... /Dante aclaro su garganta para que le prestáramos atención, palmeando el hombro del demonio./ Laughing quería hablar contigo sobre el cuidado que Jeff necesitará, deberías ir a buscarlo... Así termino de hacer el chequeo.

Parecía que el demonio acepto de mala ganas esa indirecta para que se largará de ahí, no sin antes dejar un rápido beso en mis labios, el cual correspondí algo torpe. Una vez nos volvimos a quedar solos, el chico se acerco en silencio y me descubrió por completo.

-¿Qué demonios haces, imbécil? /Me queje frunciendo el ceño.

-¿No es obvio? Creí que te sentirías mejor sin Albert aquí, ahora ponte esto para podamos ir rápido.

Me arrojo una camiseta negra y si bien seguí sus ordenes no estaba terminando de entender nada sobre lo que el contrario iba diciendo. Una vez listo, me ayudo a levantarme de la cama en total silencio, me sentía patético de esa manera pero no tenía energías para ninguna clase de reproche que no fuese quejas de dolor.  

Caminamos fuera del cuarto, los pasillos del sótano eran bastante fríos en realidad como para solo ir con una camiseta y un shorts, quizá este sujeto solo quería matarme y yo me estaba dejando guiar por el a mi fin. Entramos a otro cuarto y para cuando encendió la luz sentí como mi mundo se caía de golpe.

-No me interesa en lo más mínimo nada relacionado contigo, pero deberías al menos ser honesto con ese demonio y terminar con él si tu corazón sigue loco por este idiota.

Le permití por esta vez que dijera aquello, la siguiente no la contaría y podía prometer aquello, me aparte para poder acercarme hasta la cama, era como si el dolor que sentía pasará a segundo plano a medida que me sentaba en la orilla y sostenía una mano de Slender entre las mías. Iba con el torso descubierto pero lleno de vendajes, los cuales se encontraban un tanto manchados por su sangre, a uno de sus brazos iba conectado una intravenosa con algún liquido raro, seguramente algo que pudiera hacerlo sentir bien. 

No importaba si alguien más entraba ahí, no importaba si ese chico me veía derramar lagrimas, lo único que quería en ese momento era que Slender despertará, poder escuchar su voz pero por sobre todo, que estuviera bien. 

-Sigo sin entender... Como de la noche a la mañana dejaste de amarme. /Susurre acariciando su mejilla con suavidad, intentando no soltar un sollozo./ Tu lo prometiste... Que me amarías siempre...


[Pov Dante]

Había guardado silencio en todo momento, no tenía porque importarme si el chico lloraba o se quejaba, simplemente opté por darle algo de privacidad para que pudiera desahogarse. No basto mucho para que Jeff volviera a quedarse dormido, por lo que opté por acomodarlo en la cama junto al flacucho, después de todo no me servía que enfermará más.

Revisé por última vez los vendajes de Slender junto a la solución que iba a su intravenosa, seguro debería despertar pronto con ello pero solo quedaba esperar. Tomé mis cosas y salí del cuarto para dejarlos descansar, cerrando de forma un tanto brusca al observar que Slenderwoman se encontraba fuera.

-¿Qué haces aquí mocoso? ¿No estás algo lejos de tu territorio?

-Lo mismo podría preguntar sobre ti, hasta donde yo se Zorralandía queda más al sur.

Llevo una de sus manos hasta su pecho como si estuviera ofendida por lo que acababa de decir, pero en lugar de comenzar a pelear solo estiro su mano hacia mi para presumir su anillo de matrimonio, ante lo cual mi ceño se frunció de golpe.

-Perdón, no caigo en los juegos de niños como tu... Vengo a ver a mi esposo, así que aparta.

-No puedes pasar, Slender debe descansar y no puede recibir molestias.

Levanto su mano y la dirigió con fuerza hasta estrellarla contra mi mejilla, lo cual se lo permití soltando un gruñido bajo. Sin embargo, cuando volvió a levantar su mano la detuve esta vez sosteniéndola por la muñeca y ejerciendo algo de presión.

-Se lo que hiciste y creo saber como revertirlo... Así que tu matrimonio tiene el tiempo contado.


Mi nuevo amante (Slender X Jeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora