Casados Por Accidente

4 - CHRIS

Muy pocas situaciones en la vida me han generado una ansiedad semejante a la que siento en este momento. Quizás lo más cercano sea el día en el que tuve la entrevista laboral para entrar en mi actual trabajo, pero la emoción en ese entonces no fue ni la mitad de la que tengo ahora.

Fingir. Fingir. Fingir.

Pretender que todo esto no me pone de los nervios frente a Aislyn no fue nada sencillo. En especial cuando me arrojó prácticamente los papeles a la cabeza y se puso a dar vueltas por aquella habitación como si fuera un animal enjaulado.

Creo que no me estaba prestando atención en los pocos segundos que dejé que el pánico me invadiera y hasta pude sentir cómo mi sangre simplemente huía de mi cuerpo.

Justo antes de decidir poner mis habilidades de actuación a la obra.

Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien.

Estaba seguro de que si repetía esas palabras las suficientes veces entonces realmente funcionaría. Ese podía convertirse en mi nuevo mantra favorito si de alguna forma me ayudaba a salir de esta situación.

Para cuando Aislyn volvió a prestarme atención mi máscara ya se encontraba en su lugar.

Ahora, mientras la acompaño hasta un taxi, luego de haber intercambiado nuestros teléfonos, y le aseguro que la contactaré en cuanto tenga alguna clase de novedad, mi careta comienza a fallar.

Para cuando me giro para encarar una vez más el edificio en el que se encuentran mis padres siento ganas de vomitar.

Quizás debí haberme ido con Aislyn. ¿Un caballero se habría ofrecido a llevarla hasta su casa? Demonios, ¿acaso eso no es lo que debería haber hecho un esposo?

Sacudo la cabeza, tratando de ordenar mis pensamientos, intentando que la locura inminente no me arrastre hacia un pozo del que sé no lograré salir.

Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien.

Respiro profundamente y me dispongo a dar el primer paso, pero entonces toda mi familia aparece por la puerta, dedicándome miradas que no logro identificar.

Es mi madre quien se acerca al valet mientras mi padre y mi hermana se acercan en mi dirección. Claire lleva una sonrisa que anuncia problemas, mientras que Anthony Warren parece que está a punto de asesinarme.

Miren eso. Supongo que sí soy capaz de identificar su mirada.

No me doy cuenta de que estoy esperando alguna clase de grito o regaño hasta que el silencio se rompe sólo cuando dos conductores traen tanto el auto de mis padres como el mío.

-Nos vemos en casa –es todo lo que mi padre dice antes de dirigirse a su coche, sin darme opción a negarme.

Mi madre me dedica una suave sonrisa mientras lo acompaña y cuando me vuelvo a Claire ella aún me está sonriendo.

No hace falta que me diga que irá conmigo.

Me guardo el suspiro para más tarde, porque estoy seguro de que voy a necesitarlo, y nos subimos a mi auto sin decir ni una palabra.

El silencio dura algo así como diez o quince segundos.

-¿Embarazaste a esa chica?

El volantazo que doy con el auto no deja nada que envidiar a la maniobra que mi hermana realizó más temprano con el carro de golf, mientras que los bocinazos de los demás conductores y los gritos de Claire me dicen que quizás no soy nadie para haber juzgado sus acciones.

-¡Demonios, Christopher! ¿Intentas matarnos?

Mi hermana suelta un puñetazo en mi hombro, yo me giro a observarla y ella vuelve a gritar para decirme que ponga los ojos al frente.