Quejas

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¿Qué has hecho con mi pobre corazón?

Se fue detrás de tu hechizo...》  

El ser un hombre lobo estaba en él incluso antes de que tuviera plena consciencia de si mismo, todos los recuerdos de su vida giraban entorno a este hecho, desde niño, sus padres procuraban ocultar su condición lo mejor posible, y si se levantaban sospechas por partes de los vecinos por su extraño comportamiento, se verían forzados a mudarse y empezar de nuevo en alguna otra parte, por lo que viajar siempre fue parte de su vida, incluso como hombre lobo.

De niño, la soledad y el día eran su vida, y no importaban los días en los que durante la noche la transformación no llegaría, el siempre sentiría que, al ocultarse el sol, su vida acababa.

Lo había aceptado, esto era su vida, la soledad y el día.

Y entonces apareció Albus en la puerta de su casa poco después de una nueva mudanza, tenía once años en ese entonces, y sabía que lo más probable es que el mago llegaría tal vez a dar un par de palabras de aliento y una disculpa por no poder permitir que él ingresara a Hogwarts, pero él estaba bien con eso, él lo entendía.

O eso pensó hasta que Albus Dumbledore le ofreció la oportunidad de asistir a la escuela de magia junto a otros niños, les habló de arreglos y medidas de seguridad, y en ese momento toda la serenidad y aceptación que pensó haber tenido se esfumó y se liberó en forma de lágrimas y sollozos.

Por fin, por fin podría dejar de estar solo.

Durante el primer año tuvo miedo, no porque pensaba que era raro y no encajaría con los demás, sino porque lo sabía. Pero pese a esa perspectiva, en su primer día y en la mesa de Gryffindor, escuchó las primeras palabras que alguien de su edad le dirigió, venían de un niño de pelo azabache y ojos grises que se veía enérgico y entusiasmado, abordándolo con preguntas y comentarios como: ''¿Sabías cual casa te tocaría?'' "Mi familia siempre ha estado en Slytherin, pero no soy como ellos'' "Le pedí al sombrero que me pusiera en Gryffindor, probablemente se molesten, pero están molestos todo el tiempo conmigo, así que da igual'' ''Comes muy lento'' ''¿Tú también le pediste al sombrero que te pusiera en Gryffindor? Luces como un Hufflepuff'' ''Me llamo Sirius, es una constelación ¿sabes cuál es? Tiene forma de perro ¿tú cómo te llamas?''

En su primer encuentro, Remus había estado tan nervioso que a duras penas lograba contestar algunas de las preguntas que le hacía, sin embargo, había estado más que contento de escuchar todo lo que el otro tenía que decir, mirando con asombro como no solo se dirigía con confianza hacia él, sino a todos en la mesa por igual.

Aparentemente en ese primer encuentro Sirius había decidido que quería convertirse en su amigo, y al llegar a los dormitorios resultó que compartían habitación junto a otros dos chicos que también se transformarían en personas importantes en su vida; James Potter y Peter Pettigrew.

Remus había estado tan contento de tener amistades que se esforzaba cada luna llena por inventar una excusa para visitar la enfermería, diciendo principalmente que era porque su mamá estaba gravemente enferma. Temía que, de descubrir la verdad, sus amigos lo rechazarían y lo dejarían solo otra vez.

Para su segundo año no pudo hacer nada con las mentes agudas e inquietas de Sirius y James, por lo que fue inevitable que desvelaran su secreto y también se lo contaran a Peter, pero contrario a lo que esperaba, ellos se mostraron más bien curiosos y lejos de querer apartarse, estuvieron dispuestos a apoyarle y hacer de esas noches mejores para él.

Y pese a todo lo que pudo haber pasado desde entonces, no podía evitar estar infinitamente agradecido por esos días antes de la luna llena, cuando sus amigos buscaban juegos o historias que lo hicieran sentirse mejor antes de su transformación.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2022 ⏰

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