Boathouse

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Aquella noche de invierno despertó de manera tranquila, simplemente abriendo los ojos pese a que la pesadilla de esta vez había sido espantosa. Se reincorporó en su cama y miró la pared de enfrente sin ver nada realmente. Su habitación no poseía muchos muebles: un buró a cada lado de su cama, un escritorio en una esquina y una repisa a su lado derecho. Junto al escritorio había una ventana cubierta por cortinas de color beige y se podía ver sombras a través de ella, las ramas de un árbol cercano se movían con el viento, de ellas descendían montones de nieve acumulada que emitían un ligero resplandor gracias a la luz de la luna. Y unos pocos pétalos cayeron.

Tosió.

Y unos pocos pétalos cayeron.

Despabiló totalmente y se reincorporó. Con espanto buscó la lámpara junto a su cama dando a tientas con el cordel que la encendía. La luz alumbró el cuarto y pudo ver con claridad y sin lugar a dudas que unos cuántos pétalos rojos habían surgido de la nada.

O de su boca.

Pero eso era imposible, tenía que haber otra explicación. Por su puesto que no estaba...

Tosió. Esta vez pudo sentir claramente los pétalos escapando entre sus labios y los vio circundando por el aire.

Palideció.

—No puede ser.

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Alguien debió haberlo tenido, no hay otra explicación.

» El Hanahaki es una enfermedad del corazón, las raíces y las flores se hayan en su mayoría en los pulmones, pero se alimentan de cada latido, de su vitalidad.

Pero ¿Quién? No podía pensar en nadie que, ni por asomo, tuviera síntomas de padecer Hanahaki mientras estudiaba en Hogwarts, nunca nadie tosió flores, nunca nadie interrumpió el desayuno vomitando un capullo, ¡recordaría si algo como aquello hubiese sucedido!

» El Hanahaki es algo que a cualquier mago le puede suceder, pero para ser completo necesita de magia, de su historia, aunque a un nacido de muggles le puede ocurrir, no será tan fuerte y será pasajero.

¿Podía ser que alguien con Hanahaki hubiese sido correspondido relativamente en poco tiempo y por eso nadie fue capaz de notar las anomalías? ¿ni siquiera él?

Podía ser ese el caso, pero aún perduraba la pregunta ¿Quién?

¿Quién llegó a Hogwarts con esa enfermedad y lo contagió?

Contagiar.

»La enfermedad del Hanahaki es un virus que muy en el fondo todos poseen, pero solo en pocos encuentra la fuerza suficiente para desarrollarse, pues, el amor mismo varía dependiendo del individuo.

En su despacho, Severus sostenía una carta cuyo contenido expresaba la gratitud de la persona que le ha estado ayudando a saber un poco más sobre la enfermedad de Draco. El hechizo de traducción fluctuaba sobre la posdata escrita al final del pergamino y Snape no podía apartar los ojos de ella.

» El virus de la enfermedad se activó en alguien, por eso ahora puede ser contagioso para aquellos que estén sufriendo de un mal de amor en este momento. Basta con respirar el mismo aire que el portador.

Snape ahora entendía que él fue víctima del virus hace tanto tiempo debido a que el portador original rondaba en Hogwarts en aquel entonces.

Y ahora se repite la historia.

Es raro que los jóvenes creen un sentimiento tan fuerte por alguien que saben los va a rechazar, él no creería poder señalar siquiera a uno que se sienta de la misma forma que él lo hizo en el pasado. Todos los alumnos son completamente inmaduros para eso.

Hanahaki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora