Yizhan.

El Cachorro del León.

- Veo que ese temperamento tuyo no ha cambiado para nada.- Negó.

- Y no va a cambiar.

- ¡Shaham!.- Li'An corría hacia ellos con una gran sonrisa.- ¡Ya nació! ¡Mi sobrino ya nació!

- Tu hermano te ha dicho que no puedes andar corriendo.

- Solo vine a avisarte que ya nació mi sobrino. ¿Por qué me retas?.- Formó un puchero.

- Ahora ya lo sé, así que regresa.

- Tú...- Frunció el ceño.

- Estoy platicando algo con mi padre.

- Oh, lo siento.- Volvió a sonreír.- Entonces los dejaré a solas.- Le sonrió al mayor.- Luego vendré a traerles algo para tomar, el día está muy caluroso.

- Regresa.- Shaham movió su cabeza indicándole que se marchara.

- De acuerdo.- Se alejó.

- Por lo visto hiciste un nuevo amigo.- El mayor se quedó viendo al joven alejarse.

- Padre...- Shaham seguía viendo a Li'An.

- ¿Si?.- Se giró para verlo.

- ¿Percibiste eso? ¿Lo olfateaste?

- ¿Que cosa?

-...Olvidalo.- Sus ojos no dejaban de seguir al joven príncipe.

..........

Después de todo el alboroto, del ir y venir de las personas, de la cantidad de sirvientes corriendo de un lado al otro, finalmente los aposentos del rey consorte se encontraban en completa calma.

Ahora sólo estaba el alfa junto a su omega y su bebé, a ambos los acunaba entre sus brazos mientras seguía admirando a su retoño quien yacía sumido en un sueño profundo. Era un momento íntimo, familiar, un momento en que sólo estas tres personas debían disfrutar.

Aquella habitación por aquel tiempo se convirtió en su único mundo. Un espacio aislado de todos donde sólo había cabida para ellos tres.

- Gracias Zhan.- Deposito un beso en la sien de su omega.- Me has hecho el hombre más feliz del mundo.

- Yo también me siento sumamente feliz.- Levanto su mano y con su dedo frotó la mejilla de su bebé.- No tenía idea de la dicha que se experimentaba cuando un hijo llegaba al mundo. Yo que siempre rechace el convertirme en padre digo con orgullo que me siento feliz de haber cambiado de opinión.

- El que exista este pequeño cachorro, no significa que debas cambiar tu vida. Yo tampoco quiero que sea así. Deseo que sigas siendo el mismo de siempre, el mismo Zhan del que me enamoré. Fiero, valiente e indestructible.

- Emperador.- Se giró para verlo.- No le ha dado un nombre.

- Pensé que tu serias quien lo nombraria.- Sonrió.

- Usted fue quien nombró a nuestra pequeña peonia, así que también debe nombrar a su hermano.

- Bien.- Sonrió.- Como sabes, la peonia es la flor que representa a la realeza.- Besó la mejilla de su omega.- Por eso tu marca es una peonia...- Se acercó a su oído y susurró.- Porqué me perteneces.- Volvió a sonreír.- Por esa razón nombre a mi hijo con el nombre de Muda, peonia.

- Fue un nombre muy acertado.- Sonrió.

- Entonces...- Observó a su hijo.- Este pequeño debe llevar un nombre especial.- Sonrió.- Recuerdo que mi padre solía llamarme su pequeño león, decía que entre todos sus hijos yo era el más fiero.- Luego miró a Zhan.- Este bebé es el cachorro del león. Así que lo nombrare... ShiZi (León)... Wang ShiZi.