15 | «Cuñada»

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—El mundo de la fama es raro.

—Y eso que aún no estás metida del todo en él, luego la gente comienza a reconocerte cuando vas por la calle y a pedirte cosas que nadie en su sano juicio lo haría, entonces sí eres consciente de lo raro que puede llegar a ser todo esto.

—¿Qué es lo más raro que te han pedido?

—Una vez una chica me pidió que le firmara la frente y lo hice, unos días después mi manager me mostró una foto de la misma chica con mi autografo tatuado justo donde lo firmé.

—Definitivamente está loca.

—O sea, no me parece loco que se tatúe mi autografo, sino...

—El lugar donde lo hizo —termino por él—. Sabes la influencia que tienes sobre las personas ¿No?

—A veces no soy del todo consciente de que cada cosa que hago tiene un peso sobre los demás.

—Yo no podría con tanta carga...

—Te acostumbras —se encoge de hombros.

Minutos después estamos estacionando frente al edificio de Liam. No voy a negar que los nervios por volver a ver a la nonna me están matando. Desde pequeña que me llevo demasiado bien con ella, mis abuelos fallecieron antes de que yo naciera, por lo que ella es lo más cercano a uno que tuve en toda mi vida.

—¿Crees que me recuerde? —pregunto mientras subimos al ascensor.

—Esos ojos no son fáciles de olvidar, fenómeno.

Posa su mano en la parte baja de mi espalda y una vez que las puertas del ascensor se abren, él me dirige a través del pasillo.

—Estoy nerviosa —admito.

—La nonna también, cree que no está lo suficientemente bonita, así que en cuanto la veas dile que está hermosa y que los años no parecen pesarle.

Lo miro sonriente recordando cómo era él quien le decía que con cada día que pasaba se volvía más vieja y arrugada, la nonna solía decir que no le importaba, pero más de una vez la ví contemplándose al espejo con preocupación ante la aparición de alguna línea de expresión.

—¿Crees que le guste el pastel?

Sé que siempre fue fan de lo dulce, pero en cinco años muchas cosas pueden cambiar.

—Seguramente no me deje siquiera probar un poco a mí o a Theo.

—¿Theo es tu hermano? —pregunto y él asiente con la cabeza—. ¿Crees que le caiga bien?

—A ese niño no le cae bien ni su madre, no esperes mucho.

—¿Tú sí le caes bien? —él lleva la mano al pestillo de la puerta y la abre hacia atrás.

—Yo le caigo bien a todo el mundo, fenómeno.

—¡Liam! —un enano castaño corre hacia él y salta a sus brazos ni bien pone un pie dentro del apartamento—. Hola, Sam.

Miro a Liam alzando las cejas, algo sorprendida por su actitud y digamos que también por el parecido que tiene con el hombre que ahora está a mi lado sonriendo como idiota.

—Creí que era más linda —comenta el niño mirándome de arriba a abajo—. ¿Por qué tienes los ojos diferentes? ¿A tus padres no les alcanzó la puta pintura para el otro maldito ojo?

—Theo, pídele perdón —Liam lo mira serio.

—¿Cómo siquiera habla? ¿No que tenía tres años?

—Tengo casi cuatromalditos años —alza su mano mostrando dos dedos—. Ya soy grande.

Liam toma el pastel en sus manos y se dirige a una mesa de vidrio a lo lejos deñandome con el niño en la entrada al apartamento.

Una canción no fue suficiente [✓]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang