Capitulo 9 Oh, no.

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—Lista —escuché que decía Gin detrás de mi.

Yo solo asentí sin mirarla, estaba enfocada en mi teléfono, en los mensajes de Allen ¿Quien se creía para prohibirme algo? Tan bien que habíamos empezado nuestra amistad y ahora me parecía una persona muy irritante.

—Allen no saldrá de tu teléfono por más que lo mires —volvió a murmurar Gin parándose frente a mí.

Gin se había puesto muy linda, llevaba unos jenas cortos negros, unas botas y una chompa gris muy bonita.

Rodé los ojos.

—A mi que me importa ese. Estaba... viendo si, si... Jackson ya venía en camino.

—Si eso fuera verdad, tú ya te hubieras cambiando —apuntó mi ropa—. Vas en pijama.

—Es por si vomito. Es más práctico.

En cuanto me puso mala cara me paré para ir a terminar de cambiarme. Tomé mi ropa y como pude me arrastré hasta el baño.

Me puse unos jeans cortos, una blusa blanca, mi chaqueta de cuero y mis simples tenis blancos. No llevaba tanto maquillaje, pero si el suficiente para verme presentable.

—¿Te falta mucho? —preguntó Gin desde el otro lado de la puerta.

—¡Espera ya voy! —dije repasándome por última vez el labial.

Me miré por última vez en el espejo antes de salir. Esta muy bien... aunque me sentía algo insegura.

—¿Alice, te falta...

Abrí de golpe la puerta.

—Lista —sonreí—. Solo esperemos a Jackson.

—No hay que esperar nada, acaba de aparcar —apuntó a mi ventana.

Verifiqué por la ventana y si, estaba aparcado justo frente a la casa. En segundos mi teléfono se iluminó con un mensaje de él diciendo que bajará.

Me colgué el bolso y bajamos hacia el salón. Alex estaba sentado con el ceño fruncido mirado su teléfono.

—¿A donde van? —preguntó alzando la vista hacia nosotras—. ¿Y por qué yo no estoy invitado?

—Oh, solo vamos a... no es de tu maldita incumbencia —le contesté con una falsa sonrisa.

—Vamos con Jackson —le sonrió Gin amablemente—. ¿Quieres venir?

—¿Jackson las ha invitado a salir? —preguntó borrando su sonrisa.

—Vamos al famoso evento de hoy y luego por algo de beber —le expliqué impaciente.

Su ceño se volvió a fruncir.

—Ni hablar, no irán.

Otro que tenía que pedirle permiso.

—¿Alex en que momento te pedí permiso? —protesté cruzándome de brazos.

Él lo pensó por un momento.

—Está bien, pero iré con ustedes —dijo poniéndose de pie—. Solo iré por mi chaqueta.

Subió a toda prisa las escaleras.

—Gracias por invitarlo —le dije a Gin con reproche.

—No pensaba estar de mal tercio toda la noche. Además, confío más en Alex que en Jackson.

—Si... tal vez no sea mala idea —dije pensativa.

A los pocos minutos Alex regresó con una sonrisa en el rostro y su chaqueta color verde militar puesta.

El día que perdone Where stories live. Discover now