Sakura es la novia de Itachi

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—Pues aún estás a tiempo de echarte para atrás, frentesota. Es policía antes de casarse y no creo que cambie de profesión cuando lo hagan.

—Ya lo sé, y no quiero que cambie, es solo que no me gusta cuando... cuando... cuando lo "estamos... haciendo".

Sakura se sonrojó, era enfermera y el tema no le era en absoluto ajeno por pertenecer al rubro de la medicina, pero sus inhibiciones rayaban en las de una pre adolescente. Ante eso, Ino, su amiga-rival, soltó un bufido de burla.

—Entonces llama a su secretaria antes y dile que no moleste hasta que tu le llames de nuevo con los jadeos de la victoria.

—¡Ino!

—¡Bueno! ¡Si no quieres soluciones no platiques el problema! Bueno, a mí cuéntame lo de la suegra ¿Es una arpía?

La chica de cabello rosa movió la cabeza de un lado a otro recargando la espalda en el mullido sofá blanco de la casa Yamanaka.

—Pero tampoco te gustó, ¿verdad?

—Ella es... demasiado perfecta. Cuando era soltera, era la sacerdotisa del templo, cocina muy bien, tengo entendido que se le da el arreglo floral, la costura y en general todas las artes manuales.

—¡Nah! Eso mi mamá también lo puede hacer, no te dejes impresionar por las mujeres educadas a la antigua, tú no podrás mantener viva una planta, pero eres una de las asistentes de quirófano más reconocida.

Sakura volvió a negar.

—Habla seis idiomas, egresó del colegio de estudios superiores del País del Fuego y tiene varios posgrados en estudios de Folclore e Historia, es maestra titular de la Universidad Capital y miembro permanente de la Asociación para el Intercambio Cultural.

—Oh... ¿Te echó algo en cara? Porque con gente así lo primero que te preguntan es porqué eres enfermera y no médico.

Sakura negó por tercera vez.

—No. De hecho todo eso me lo contó Itachi-kun, porque no mencionó mucho sobre ella misma.

—Que mujer tan rara.

—Quiere ayudarme con los preparativos de la boda.

—¡Ah no! ¡Eso sí que no! ¡Yo soy tu organizadora!

—Pero ella es la madre de Ita...

—¡Nada! ¡Ni siquiera permití que tu mamá se apuntara el lugar!

—Ella dijo desde el principio que estaba bien para ella que tú la organizaras.

—Y es tu madre, ¿qué derecho tiene la suegra?

Sakura se cubrió la cara con las manos tratando de no empezar una discusión que no llevaría a ningún lado, como generalmente pasaba con Ino.

—Ino, eres una insensible.

—¡Soy sensible!

—Sí, como una piedra.

—Sí, como una piedra

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