Capítulo 3

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Adara

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Adara

Su rostro a centímetros del mío se encontraba, sus manos entre la falda de mi vestido intentaban meterse, su apestosa boca a mi cuello fue a parar y sus ojos, aquellos malditos orbes de un color... Me miraban con una especie de mezcla de perversión y asco.

Mi cuerpo atado a la pared se resistía, mientras que el suyo fuerza ejercía. Las lágrimas no tardaron en deslizarse por mis mejillas. Podía escuchar entonces su voz gruesa y su larga lengua sobre mi piel un camino húmedo comenzó a dejar...

Y cuando mi cabeza ladeé y mi voz encontré logré apartarle, el cuchillo en mi mano seguía y a él terminé por apuntarle. Los amarres de mis manos y de mis piernas habían desaparecido por completo y ahora mis ojos le miraban con furia y lágrimas de una creciente rabia. Él solo podía observarme de pies a cabeza y reírse de aquel acto que, con valentía para mí, me había atrevido a ejecutar.

—¡Aléjate, hijo de puta! —grité, mi voz histérica y llena de rabia salió.

Mis ojos fijos en él se encontraban, su cuerpo se alejaba con pasos lentos hacia atrás y su risa allí seguía. Su cabeza de lado a lado movía, negando divertido y luego en aquel sitio su cuerpo reposó.

 —¿Dónde te encuentras, pequeña Adara? ¿dónde? —susurró, su macabra y sucia sonrisa dejó ver y tras un movimiento de su mano derecha a la oscuridad volví.

⚜️⚜️⚜️

Mis párpados pesados dejaron de sentirse y un aroma ligero pero exquisito comencé a captar. Con cuidado mis manos comencé a mover y un quejido dejé salir de mis labios.

—¡Por la corona! ¡Adara! —exclamó Alys, quien a mi lado yacía sosteniendo entonces aquel incienso de aroma dulce.

—Alys... —logré articular, y con suavidad mi cuerpo comencé a levantar.

Fue entonces que mis ojos pudieron centrarse en lo que yacía a mi alrededor. La tía Charis con el terror vivo en aquellos orbes amarillos y rasgados me miraba, una especie de taza en pedazos regados por el liso suelo se encontraba, el cuchillo que en mi mente había visto, tirado lejos y los restos del té que había caído a sus pies.

Alys volteó a ella y con un movimiento de cabeza, la infernal se retiró de la alcoba y a solas terminé por quedar con aquella joven chica de raza desconocida y de colmilludo rostro. Sus orbes violetas no tardaron en revisarme y detallarme por completo y el lugar de un silencio un tanto incómodo se llenó, hasta que sus labios se separaron y la primera frase salió de ellos:

—Adara, ¿te encuentras bien? —preguntó, y sus manos sentí sobre las mías, desatando aquel pálpito extraño de mi corazón.

—Sí, pero ¿Qué fue lo que pasó, Alys? Yo...

Aramoor Heart [+18]Where stories live. Discover now