40. Encargo

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DRACO P.V.O

Mire el reloj de mi mesa de noche, que marcaba la cuatro de la mañana. Aún conservaba la ropa mojada de anoche, ya que al volver a estar en la lluvia no habría tenido sentido cambiarme. Me la quite sin prestar atención a las punzadas que sentía en algunas partes de mi cuerpo y me tumbe sobre la cama, deseando descansar unas pocas horas.

Quería poder dormir sin soñar nada pero en mi cabeza aparecían constantemente imágenes que me recordaban las cosas que estaban pasando a mí alrededor. La piedra, los mortifagos, el trio de oro, el señor tenebroso y Selene Grey.

Pero hubo un momento en el que el sueño cambio. Ya no veía imágenes, solo un profundo y oscuro bosque. Deambule sin rumbo, sabiendo que estaba soñando, hasta que un zumbido de voces llamo mi atención, unas que sonaban frías y burlonas. Una luz se filtró en mi camino y me permitió avanzar hacia ellas, hasta llegar a una pequeña zona en la que estaban aproximadamente treinta personas. Habían formado un círculo y su vista estaba fija en las dos sombras que se encontraban en medio, una de pie y la otra jadeando en el suelo.

Me abrí paso entre el gentío, sin que ninguno se percatara de mi presencia y mire a las dos figuras. Mi pecho se encogió, mis piernas temblaron y sentí que me ahogaba cuando identifique al señor tenebroso apuntándole a Selene.

-¿Aun crees poder continuar?-Le pregunto.-Ya no tienes magia y tu poderes vampíricos son inútiles. Toda tu energía me pertenece y ahora soy invencible.

-Ma...maldito.-Mascullo ella sosteniéndose el costado. Lord Voldemort se rio con fuerza, la agarró del cuello y la levanto.

-Tú eres lo único que aún me estorba. Ahora que Potter y los demás han muerto ya no hay nadie que se me enfrente. Siéntete orgullosa princesa, cumpliste tu misión.

Selene parpadeo y una lágrima se escapó por su mejilla. El señor tenebroso la miro unos segundos y puso su varita en su rostro.

-¡Avada kedavra!

Grite con fuerza al sentir un fuerte dolor y gire, golpeándome con fuerza al caer en el suelo. Sabía muy bien a que se debía y abrí los ojos, apretando mi antebrazo izquierdo a pesar de que sentía que me quemaba. La cabeza me empezó a dar vueltas y luche por mantenerme consciente hasta que, pasados unos minutos, el dolor disminuyo. Jadee y me quede tumbado en el suelo de mi habitación, sin poder moverme.

No había respondido al primer llamado. Si ignoraba el segundo seria como firmar mi sentencia de muerte, sin importar que. Debo ir, pensé, pero...

El tener algo importante que hacer pareció mermar las quejas de mi cuerpo y me levante. Me llevo un poco mas de tiempo vestirme pero cuando salí hacia el gran comedor ya estaba como nuevo. Al llegar a mi mesa vi a Zabini y lo jale de la camisa hacia la parte del final, la que estaba más vacía, y me senté.

-Al menos pudiste dejar que terminara Draco.-Se quejó.

-¿Ha llegado algún carta con órdenes?-Le pregunte sin escucharlo.

-No.-Dijo tomando una de las últimas tostadas de un plato.- ¿Por qué?

-Porque...-Le arrebate la tostada y la mire.-Porque me han convocado.

Él no me miro pero pude apreciar que abrió los ojos más de lo normal. Eche una mirada al comedor, viendo como todos comían con tranquilidad y devolví la mirada hacia él.

-Si saben que no puedes desaparecer así como así si estas en el colegio entonces...

-Solo puede haber una explicación.-Dije y apreté la tostada hasta que se partió.-No lo han conseguido.

Hogwarts- Love and BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora