La unión de una cadena es fuerte, aunque no imposible de romper.
Pero no es algo que uno no pueda arreglar con esfuerzo y tiempo.
Todas las cadenas que les unían a las personas importantes comenzaron a romperse.
Pero... al menos quedaba una.
Él fue...
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A pesar de haber logrado dificultar el traslado de suministros a Iwagakure con la destrucción del Puente de Kannabi, la guerra no se detuvo ahí.
Aunque su final estaba cerca, todos podían notarlo.
Tan pronto como el equipo Minato y Aimi dieron el reporte de su misión, la pelirroja fue ascendida a Jōnin, sin embargo, no tuvo ganas de celebrarlo, como habían hecho cada vez que alguien ascendía de rango.
Por otra parte, Emi se recuperaba lentamente.
La gravedad de las heridas y el tiempo que pasó hasta que obtuvo la atención que debía provocó que perdiera una de sus patas.
Eso derivó en una difícil decisión: seguir siendo un perro ninja o dejarlo.
La decisión se dejó a elección de Emi, quien eligió a Aimi sobre volver al clan Inuzuka y entrenar para acabar siendo compañero de otro miembro del clan.
Eligió pasar su vida junto a lo único que le quedaba que le recordase a Tamashi.
En cuanto a las familias, comunicarle lo sucedido fue horrible, pero Aimi sentía que debía ser ella la que lo hiciera.
Sin embargo, la guerra aún continuaba y necesitaban todas las fuerzas de la aldea, por lo que no hubo un descanso para nadie. La pelirroja no tuvo tiempo para llorarle la muerte a sus amigos y su sensei.
Kakashi fue asignado a una misión como líder de grupo, siendo acompañado de Rin y Gai, quien sustituía el hueco que Obito había dejado.
Estaban rodeados y no les quedaba casi recursos para poder defenderse.
Aunque Kakashi había obligado al equipo a esperar, queriendo evitar cualquier posible muerte, Gai le desobedeció, yendo como cebo para alejar a los enemigos para que los demás pudieran huir.
Kakashi le siguió y consiguieron escapar, aunque con dificultades.
Ambos se encontraban apoyados en un árbol, sin chakra y casi sin energía.
—¿Cómo lo hizo ella?— pensó Kakashi tratando de regular su respiración e idear un plan.
Sin embargo, los enemigos les encontraron y consiguieron llevarlos hacia la trampa que habían preparado.
Pronto un gran rayo caería sobre ellos y no podrían protegerse.
Al percatarse de eso, Kakashi pensó que sería capaz de desviarlo con el Chidori, pero no tenía suficiente chakra como para hacerlo.
Recordó entonces el regalo que aquella pelirroja le dio y salió corriendo hacia lo más alto que pudo mientras se comía una de las píldoras que Aimi le había dado.
Consiguiendo desviar de esa forma aquel ataque, aunque quedó físicamente perjudicado.
Gai apareció a su lado, quien también se encontraba en su límite, pero aseguró a Kakashi que le sacaría de ahí, incluso si debía correr con las manos.
