─ ¡E-Espera! ─farfulla con lo poco de cordura que le queda.

─ ¿Qué es lo que deseas? ─alza la cabeza mirándolo con fingida inocencia, como si no fuera él la bestia hambrienta que está devorándolo, esperando una respuesta, vuelve a atender uno de los pezones sin detenerse a pensar si está desarrollando una nada sana fijación.

La imagen hace que la cabeza del peligris estalle, olvida lo que iba a decir y sólo desea esconderse en algún rincón. Trata de alejarlo sin resultado, maldice avergonzado, se tapa el rostro con el antebrazo chillando porque todo ese juego previo lo ha puesto ya muy duro. Siente al pelinegro impulsarse dejando al fin la sobreatención a su pecho para comerle la boca en un ósculo más que entusiasta, sus caderas se impulsan siguiendo el nuevo ritmo errático que Jeon impone, sus manos se cuelan en sus pantalones atendiendo su miembro mientras traga sus jadeos hasta hacerlo marear.

─K-Kookie... ¡mgh! ─gime tomando el gran falo venoso del contrario para que se pierda también en el inmenso mar de placer en el que está.

─Esto me recuerda lo que hicimos en el último viaje de secundaria, fuiste tan bueno que no pensé que huirías como un corderito asustado ─rememora con malicia, mordisquea el puente de su oído.

─ ¿Te estás divirtiendo a mi costa? ─pregunta apretando el falo con algo de fuerza.

─ ¡Agh! ¡No! No hagas algo de lo que puedas arrepentirte, TaeTae.

─ ¿Por qué me arrepentiría?

─Porque no podré complacerte si le haces daño y te aseguro que amarás tenerlo muy dentro ─lo provoca finalizando la oración con una nalgada al mullido trasero.

─ ¡Cállate! ¿Quién te dijo que seré el que reciba?

─Verás que lo amarás tanto que llorarás de placer. ─Lo voltea, desabrocha su pantalón y lo deja sólo con la ropa interior antes de dar falsas embestidas─. Juro que seré cuidadoso.

─ ¿Qué dices?

Taehyung busca mirarlo sin creer lo que escucha, le da un golpe poco doloroso para detener su actuación de perro en celo, se levanta con el jean caído, toma la caja y se va al baño.

─ ¡TaeTae! ─El pelinegro lo sigue como un cachorro al que regañaron.

─Quítate la ropa. Ponte el pantalón, la camisa abierta y la capa ─ordena cerrando la puerta y asegurándola con el comando de voz. Se deshace de la última prenda para sustituirla por una tanga que deja poco a la imaginación si es que nada, sube las medias semitransparentes por sus largas piernas, cierra el ceñido corsé a su torso y se pone el collar con las cadenas que se cierran en sus muñecas. Suspira hondo viéndose al espejo pensando que debería haberle escogido el líquido simulador que lo dejara calvo porque eso de traje de íncubo tradicional no tiene nada.

Está saliendo del baño luchando con su erección que se asoma por un lado de la tanga cuando las luces se apagan de repente y un grito agudo resuena en toda la habitación, eso lo hace dar un saltito, no sabe hacia dónde correr, entonces, siente un par de fuertes brazos rodearlo.

─Tranquilo ─dice Jungkook.

─ ¿D-De quién es el grito? ─duda aferrándose a su prometido.

─No lo sé.

Hay una risa macabra, también ruidos de cadenas siendo arrastradas, más gritos y pasos resonando en toda la alcoba, suenan por todo un minuto entero antes de detenerse.

─P-Prende la luz, Kookie ─pide sin soltarlo.

─Está bien. ─El comando de voz hace que toda la habitación se ilumine nuevamente.

CUSTOM - KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora