II

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Me levanté adolorida tras el golpe de esa roca. Estaba en lo correcto, no era una rama, era un... ¿Libro?

Lo agarré, y le quite el barro, iba a empezar a leerlo cuando escuche un grito del mortal diciendo:

-Ahí está atrapémosla- el mortal me señaló con la antorcha de fuego que llevaba en la mano.

Me preocupé, no por mí, sino por los árboles y el bosque. Guardé el libro y corrí.

Las voces de los mortales cada vez se disminuía más, hasta que no los escuche.

Miré a mi alrededor, había pasado el límite del bosque.

Mierda...

Desde hace tiempo que existía un límite en el bosque al cual nadie se atrevía a pisar, por qué se decía que los monstruos vivían ahí.

Pero yo, pase el límite sin ningún permiso del bosque.

Las ramas de los árboles abrían paso mientras caminaba por ellos.

Era raro, recuerdo cuando la bruja de la tierra Meredy Everest paso el límite del bosque sin ningún permiso concedido del mismo. Muriendo trágicamente gracias a los árboles enojados por su egoísmo.

Por más que ella fue bruja de la tierra, no significó nada para el bosque.

En cambio, yo aún seguía viva, pero... ¿Por qué?

Esa pregunta y miles más se acumularon en mi mente.

-Permiso- le dije al árbol para recostarme en él.

Me senté y abrí el libro.

Las páginas estaban en blanco, no había más que puntos que mientras más páginas veía más había.

Ya con la paciencia agotada fui a la última página.

Bingo.

Había un escrito... De ¿Liam Bailey?

Ese nombre me parecía conocido.

Él era... El chico que desapareció por el cual los mortales me buscan.

Tenía que encontrarlo.

Leí el escrito:

Liam Bailey

No aguantó la presión, es demasiada, ellos cada vez me molestan más, hay iremos al bosque, pero al límite tengo miedo, ellos me quieren hacer daño, lo sé. Si estás leyendo esto y estoy desaparecido pido que me encuentres no es la culpa de las brujas Everest, si crees eso, Miel Everest es testigo, ella sabe cosas. Si alguna Everest lee esto sálvame.

O va a ser demasiado tarde...

Tarde...

Mi madre y Liam...

¿Por qué no me dijo nada?

¿Por qué nunca conocí a Liam?

¿Cómo era?

Cerré el libro, mire al suelo en busca de respuestas en mi mente, hasta que algo brillante vi.

Un anillo con el nombre de Alexis Grace. Supuse que era uno de los chicos que Liam hablaba.

Tomé el anillo y lo guardé junto al libro.

Caminé más adentro del límite, necesitaba respuestas y algo me decía que estaban acá, en el Límite del Bosque.

Caminé por horas, pero no había nada más que ramas y hojas de otoño en el suelo.

A lo lejos pude notar un cuerpo atado a un árbol.

Corrí hacía él. El frío lo pudo matar, pero no lo hizo.

Examine el cuerpo de la persona. Le di la vuelta al árbol para desatarlo.

El pelo era negro y su piel era pálida.

Lo sacudí un poco para ver si despertaba.

-Hey- lo intenté animar, pero nada.

Pensé en el hechizo de elevación que se usaba cuando había que llevar a una persona, pero no eras lo suficientemente fuerte como para cargarlo, pero sabía que intentarlo era una perdida de tiempo, todavía no había desarrollado mi poder del todo.

Aunque costó lo cargué, corrí como pude hasta rodear el límite y pasar al bosque, los mortales se habían ido, creo, fui hasta la casa de las brujas Everest, mi casa, prendí la chimenea y lo recosté al lado.

Fui hasta la cocina para prepararle un té de yerbas como el que preparaba mi abuela cuando hacía muchísimo frío.

Le dejé el té al lado y me quede mirándolo. Pero no había señales de vida alguna.

Hasta que un dedo de su mano se movió un milisegundo.

Estaba vivo...

Pero, ¿Quién era él?

¿Era Liam?

¿O Alexis?

Las Brujas de la Noche©Where stories live. Discover now