Amor Audaz- Elizabeth Olsen

44. Nunca me dejes ir

Pov, TN

"No está muy lejos, así que podemos caminar. ¿O prefieres tomar un taxi?" Lizzie pregunta mientras salimos del hotel. El viento frío me abraza al instante, pero lo ignoro y sacudo la cabeza.

"No, estoy bien. ¿Quieres tomar uno?" Dejé que mis ojos recorrieran su abrigo beige y su bufanda roja. Yo en cambio solo llevo un plumífero negro que no ayuda mucho contra el frío, pero le queda más a mi outfit.

"No, estoy bien" Lizzie sonríe, asiente y me lleva por la calle. "No te preocupes por mí, cariño, tú eres la que siempre tiene frío"

"No siempre" Resoplé.

"Solo estoy bromeando" Choca su hombro contra el mío, un suave sonido de su risa adictiva escapa de su boca.

Mi centro se calienta con el sonido, esperando que este sentimiento nunca termine. La miro y atrapo sus ojos al instante, sus ojos esmeralda brillando a la luz del sol.

Dios, ella es tan hermosa.

"¿Por qué me miras así?" Lizzie levanta una ceja, la diversión brillando en sus ojos cuando giro rápidamente mi cabeza hacia atrás.

"¿Así cómo?"

"¿No lo sé? Tú dime" Ella se ríe, pero no muevo los ojos del suelo, sintiendo el calor subiendo a mi cara.

"Tú... te veías bonita bajo la luz" Murmuro, mordiéndome la lengua antes de que algo más se me escape de los labios.

Lizzie tararea en voz baja. "Tú también eres muy hermosa, cariño"

Caminamos en silencio por la carretera una al lado de la otra, las luces navideñas brillan en los escaparates. Sonrío, un estúpido sentimiento de pura felicidad se apodera de mis sentidos. El momento es rápidamente reemplazado por el viento fresco que hace que un escalofrío me recorra la columna vertebral.

Al darse cuenta de mi pequeño escalofrío, instantáneamente se inclina más cerca, agarra mi mano y la mete dentro de su bolsillo. Se le entrecorta la respiración cuando siente mis dedos helados, las comisuras de mis labios se contraen mientras me lanza una mirada de desaprobación.

"Cariño, te dije que deberías haberte puesto los guantes" Lizzie murmura, frotando el pulgar sobre mi piel fría, tratando de darme un poco más de su calor. "Tus manos se están congelando"

"Tal vez solo quería que los mantuvieras calientes" Sonrío, la miro de reojo y la atrapo poniendo los ojos en blanco ante mi comentario.

Con mi mano en su bolsillo caminamos hacia el club, atravesando las concurridas calles de Nueva York.

En la entrada, un hombre alto y ancho nos saluda, su mirada intimidante desaparece inmediatamente mientras nos sonríe brillantemente. "Oh, señorita Olsen, qué placer verla aquí esta noche"

Sonrío, echando un rápido vistazo a Lizzie, preguntándome por qué todo el mundo parece conocerla tan bien. Eso es algo de lo que tenemos que hablar seriamente, lo que me recuerda al hombre extraño con el que habló anoche.

Dentro del club, nos movemos al fondo de la sala donde están las cabinas, las gemelas nos envían un mensaje de texto con su ubicación.

"Por aquí, Liz" Ashley nos saluda con la mano y sonríe de oreja a oreja cuando nos ve.

Nos sentamos en la cabina, ordenándonos bebidas mientras Lizzie se pone al día con sus hermanas. Lizzie se relaja rápidamente, lo que puede ser por el alcohol o por la verdadera felicidad que recibe al estar rodeada de su familia.