Chapter thirty-seven.

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Entonces el chico se inclinó también para responder.

—Sí, pero algo suave. —sonrió con los labios apretados— Pretendo cuidar a Lola.

La pelinegra carcajeó mientras se levantaba, acomodando la falda brillante que traía esa noche.

—Después no vas a poder cuidarte ni tú mismo.

Tras esas palabras se fue entre la multitud, que bailaba y brincaba con cánticos de victoria, claramente recalcando las burlas hacia Gryffindor que había sido el equipo derrotado por ellos.

Para Lola fue gracioso ver cómo ya muchos eran consumidos por el alcohol, teniendo actitudes irreconocibles a como eran siempre, y pensó por un momento si ella se vería así estando ebria.

O de otra forma que no fuera llena de euforia.

—¿Hoy harán juegos otra vez?

La chica miró a sus dos amigos en busca de respuesta.

—Creo que sí. —habló Scorpius, pasando un brazo por el respaldo del sofá— Encontraremos formas de divertirnos.

—Sí...

Divertirse...

Era algo que quería hace mucho tiempo, pero no sabía por qué esa palabra se relacionaba inmediatamente con Harry.

Ansiaba con ponerse de pie en el momento donde todos estuvieran distraídos y escabullirse hasta su oficina.

Pasar la noche con él, encontrar su propia diversión en la privacidad que formaban esas cuatro paredes. Y sólo así no recibiría nuevos regaños de su padre si es que se enteraba.

¿Podría hacerlo realmente y sólo irse?

¡Hufflepuff!

El grito de un chico entre la multitud la hizo alzar la mirada con velocidad, captando la atención de sus dos mejores amigos.

—¿Qué tienes, Lola?

Miró a Albus. —Creo que Dylan está aquí.

Scorpius gruñó con recelo, provocando que la rubia entrecerrara los ojos.

—Dylan te agradará si lo conoces.

—Quizás no lo quiero conocer, ¿para qué querría?

—No seas aguafiestas, Malfoy —Albus tomó a Lola para ponerse de pie—, yo sí lo quiero conocer.

Lola se quedó junto a Albus, viendo a Scorpius con una expresión llena de confusión por dichas actitudes que tenía cuando se trataba de alguien más.

—¿Se puede saber qué te pasa, Scorp?

—No me pasa nada, estoy muy bien. —resopló, levantándose con el ceño fruncido— Si me disculpan, voy a buscar a Némesis.

Sin dar la oportunidad de dejarla responder, desapareció por un costado.

Ella lo siguió con la mirada, sintiendo cómo su pecho se apretaba un poco por la indiferencia.

¿Tenía la culpa de algo?

—No le hagas caso, Lola. —murmuró su mejor amigo, negando— Ahí viene Dylan.

Y tal como se dijo, el chico Hufflepuff finalmente apareció en su campo de visión, haciéndola sonreír y dar unos cuanto pasos para que él notara su presencia.

Lo hizo, y no tardó en darle un corto abrazo con caricias en la espalda.

—Lola, que gusto verte otra vez. —se separaron a la vez— ¿Cómo estás?

SUNFLOWER | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora