ㅤ❪ 𝗦𝗨𝗡𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗥.
ㅤ𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒍𝒐𝒗𝒆, etrnaldream.❜❜
El girasol simboliza el amor y la admiración, y eso es todo lo que Harry sentía por Lola Windsor; aún sabiendo que sólo era una alumna... 𝑠𝑢 𝑎𝑙𝑢𝑚𝑛𝑎.
La chica jadeó ante lo último que...
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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐒𝐄𝐈𝐒 ─────────────── Dejar que todo fluya.
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LOLA WINDSOR.
Tenía que admitir que no podía asimilar lo que había ocurrido.
No podía asimilar que sus labios habían estado sobre los míos, moviéndose al compás pero siempre con una suavidad que relajó todo mi cuerpo.
Me hizo sentir tan segura, pero tan culpable a la vez.
Y si antes era imposible sacarlo de mi cabeza por cinco minutos, ahora lo era mucho más, porque incluso recostada sobre mi cama podía sentir cada una de sus caricias como si fueran reales.
Cada uno de sus susurros a sólo centímetros de mi, cubriendo mi cuerpo de cualquier frío que causara la brisa.
Pero con él sentí tanto calor que no fue necesario eso.
Él y sólo él me había dado el calor que ansiaba mi cuerpo, y ahora estaba desesperado pidiendo más; como si estuviera triste por su lejanía.
Deseoso de volver a estar pegado con el de él.
Algo había hecho conmigo con un simple beso... algo que me haría buscar más.
Hoy era domingo, y para mi sorpresa de la mañana, desperté completamente sola en la habitación.
Me confundió en cierto punto ver la cama estirada de Némesis como si anoche no hubiera estado ahí cuando llegué. Sí estaba, y leía un libro con tanta atención que fue su excusa para ignorarme.
Comprendía que estuviera molesta por lo sucedido, pero creí que al volver las cosas serían de otra forma, que ya se habrían solucionado como siempre lo hacíamos.
Estaba equivocada.
Así que sólo me levanté, percatándome de reojo en el reloj que eran las diez de la mañana. Eso me causó un bostezo involuntario, arrastrando los pies en dirección al baño.
Lo primero que hice fue encender la luz, y al momento de verme al espejo, mi cuerpo se aceleró de una forma que me hizo creer que se saldría de su lugar por el espanto.
La zona que rodeaba mis labios estaba en un tono rojizo leve, eran como pequeñas manchas que si las tocaba podía sentir su porosidad. Éstas se desviaban a mi mentón, y sólo con verlas la comezón apareció enseguida.
—Mierda, mierda. —jadeé, abriendo la cajonera— Tiene que ser una broma.
Removí cada objeto del cajón en busca de alguna crema que pudiera aliviar la irritación, pero no había absolutamente nada que me sirviera.
Me frustró, y mi única opción fue tomar un poco de agua entre las manos y mojar la zona hasta sentir alivio.
Aseguraba estar haciendo eso por cinco minutos, y en cada momento que alzaba la cabeza para verme al espejo, veía que todo seguía igual. ¿Ahora qué excusa podía dar si alguien me veía? ¿Si los chicos me veían?
