› : 07

1.3K 106 241
                                    

Mientras Robleis dormía plácidamente a un lado suyo, Pedrito se había despertado temprano para resolver algunas dudas que la noche anterior el castaño le había dejado. Google siempre era la solución.

"¿Cómo saber si le gustas a alguien?"

"¿Cómo diferenciar una broma con algo serio?"

"¿Cómo satisfacer a un hombre?"

Bueno, aquello último se le había ido por las ramas pero, Tomás era el primer chico que le había gustado y sus sentimientos siempre estuvieron muy guardados dentro suyo desde que el más bajo había comenzado a salir con Rodrigo. Habían vuelto a salir a flote y no sabía cómo controlarlos.

"¿Cómo saber si eres correspondido?"

"¿Cómo saber si eres bisexual o gay?"

"¿Cómo..."

— Pedro, me tenés harto con el sonido de las teclas —. Aquella voz grave hizo erizar la piel del rubio, levantando sus manos rápidamente del teclado. — ¿Qué hora es?

— Las once de la mañana —. Oyó al castaño soltar un exasperante quejido. — Perdón, no quise despertarte...

— Está bien —. El castaño soltó un suspiro, sentándose en la cama mientras bostezaba. — ¿Qué estás haciendo?

— Una receta que quiero probar.

— A ver —. Pedro cerró la laptop antes de que el castaño se acercara lo suficiente. — Eso... ¿Era una bandera arcoiris?

— No...

— Pedro, estoy seguro que eso era una bandera de la comunidad —. El nombrado soltó un suspiro rendido y asintió. — ¿Qué estabas viendo?

— Tenía curiosidad sobre algo...

Tomás se cubrió la boca, mirándole con los ojos abiertos. — ¿Estabas viendo por-?

— ¡No! Solo tenía dudas sobre algo y quería investigar —. Las mejillas del rubio se calentaron por la vergüenza que sentía.

— Pero sabés que podés preguntarme a mí lo que quieras saber.

— Ya sé pero... Hay cosas que quería descubrir por mi cuenta.

— Como el por-

— ¡Que no! — El rubio dejó la laptop a un lado para luego cubrirse con las sábanas. — Me da... Me da pena preguntarte.

Tomás, por primera vez, estaba presenciando al más alto en un estado tímido y avergonzado, jamás lo había visto de aquel modo y su bichito de picardía quería molestarlo. Levantó las sábanas y se metió bajo ellas para estar frente a frente con el rubio.

— No te debe dar vergüenza, somos amigos, ¿o no? — Apoyó su diestra en el pecho del rubio, viajando con lentitud hasta su abdomen, volviendo y bajando nuevamente con suavidad. — ¿Qué querés saber? — Su rostro estaba cerca, definitivamente rompía su espacio personal.

— Y- yo quería saber si... Es que yo... Cuando... Hace unos años... Pasa que yo... — El rubio tartamudeaba, estaba a un nivel muy avanzado de nerviosismo, no salía una oración coherente de su boca.

— Te enredás mucho —. Tomás cortó con aquel espacio, besando los labios de su mejor amigo con suavidad, hace tanto que deseaba hacerlo que se sintió tan increíble haberlo conseguido, no quería separarse, ni mucho menos ser rechazado, solo quería disfrutarlo y sentir como en su pecho había un estallido de colores.

Pedro quedó atónito, fue algo tan inesperado que luego de unos segundos logró corresponder aquel beso, subiendo una de sus manos hasta el cabello del adverso para profundizar aún más lo que ambos habían anhelado tanto por hacer. Se sentían en el mismísimo paraíso.

El castaño enredó sus piernas entre las del más alto, sosteniéndose con su codo para no separarse, estaba siendo aceptado y no iba a desperdiciar la grandiosa oportunidad. Su cuerpo comenzaba a calentarse y no sabía si era por la euforia del momento o era una señal para detenerse ahí.

— Es- esperá —. Murmuró el castaño, alejando sus labios de los ajenos. — Hay que parar acá...

— ¿Por qué? — Preguntó el rubio en un suspiro ahogado, quería volver a besarlo.

Tomás no sabía cómo explicarle que un solo beso lo había exitado lo suficiente como para que su entrepierna comenzara a apretarle. — Te- Tenemos que hablar sobre esto...

Pedro lo tomó de ambas mejillas, volviendo juntar ambas bocas, besándole con más ansias que la anterior. Tomás no tuvo la fuerza de voluntad para separarse esta vez y simplemente le correspondió con la misma rudeza, apretando sus ojos para que ningún sonido saliera de su garganta. Sin embargo, para su sorpresa, fue el rubio quien jadeó sobre sus labios y aquello fue el detonante para que el castaño dejara que su cuerpo tomara el control de la situación.

—「 🍷 」—

— Mi plan del día no era que me doliera el orto, para serte sincero —. Habló el más alto, soltando un suspiro.

— Eso no decías hace unos cinco minutos atrás —. Murmuró el castaño, plantando pequeños besos sobre el pecho del adverso, estaba enredado como un koala sobre su cuerpo, no quería separarse. — Esto significa que...

— Sí, Rob, por si no te quedó claro, me gustás desde hace cuatro años —. Murmuró el rubio con algo de pena, desviando la mirada. — Intenté guardar mis sentimientos en lo más profundo de mi corazón, pero creo que simplemente salieron disparados.

— Vos también me gustabas desde hace mucho, desde antes que saliera con Rodrigo —. Sonrió de lado. — Pero tenía miedo de arruinar nuestra amistad.

— ¿Así como la canción Ruin our friendship?

— Sí, exactamente —. Soltó una risilla. — Aún así, me parece irreal...

— ¿Seguís sin creer que vos no vas a tener un final feliz? — Tomás no respondió, simplemente lo abrazó con fuerza. — No me voy a alejar de vos, nada ni nadie lo harán ¿si?

El castaño asintió, ocultando sus lágrimas sobre el pecho del adverso. Le era tan difícil creerlo, pero haría lo posible por quitarse esos pensamientos negativos.

— Te quiero.

— Y yo te quiero a vos, Tomás.

—「 🍷 」—

q lindo es el amor lpm.

buEno, capítulo de hoy, espero les haya gustado. <3

espero tengan un hermoso día, tarde, noche. ~

– L.

🈀۪ ; ⌜ ALCOHOL T.2 ⌟ ⊹˚ ᵖᵉᵈʳᵒᵇˡᵉⁱˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora