Prólogo

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...Abro la puerta del baño con la intención de salir, mis piernas aún tiemblan y son claras y evidentes las lágrimas en mis mejillas, no hay manera de ocultar lo que estoy sintiendo, no hay manera de superar esta etapa tan oscura de mi vida.

Al llegar a mi cuarto aun me cuestiono si todo lo que ocurrió es una especie de castigo y tortura por haber actuado como actué, sigo con la duda de si abrir la puerta ya que no se si estoy preparada para si quiera poder dormir con todo lo que tengo en la cabeza ahora mismo; a pesar de esto, y teniendo en cuenta que estoy casi cayendome por el nerviosismo y la ansiedad que siento, doy un paso hacia adelante, giro la perilla y atravieso la, desde ya hace unos dias, espeluznante puerta hacia mi antiguo lugar seguro que lo único que hace es traerme recuerdos y pensamientos de todo lo que pasó antes de hoy y, por tanto, joderme más de lo que ya estoy.

Ahora, tratando de contener las lágrimas y mantenerme de pie, me pongo frente al espejo, limpio todo el maquillaje que llevaba puesto y me quito la ropa, tan solo quedando en ropa interior; pudiendo visualizar todos los moretones, cortadas y heridas que me hice antes de salir de allí.
-No puedo creer que salí de ese abismo - pienso - ahora me queda salir de este infierno.

Muy lentamente, y observando todos y cada uno de los objetos que me transportan al salón de clases hoy en la mañana, me dirijo hacia mi cama para poder descansar. Quito las sábanas, retiro mis zapatos y medias y me siento; ahora al ver hacía abajo en lugar del sólido suelo hay un turbulento mar de pensamientos oscuros y turbios que siento no me van a dar paso a dormir esta noche. Me recuesto muy lentamente y me pongo la cobija encima, volteo la almohada para sentir su lado más frío, giro mi cuerpo lo suficiente como para quedar viendo a la derecha en su totalidad, traigo mi peluche favorito hacia a mi abrazándolo muy fuertemente y, así tal y como me ven suelto un llanto silencioso pero tan sufrible como uno común, cierro los ojos y...

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