away ━━━ Tomura Shigaraki

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Nat recargó su cabeza sobre el escritorio recién instalado, observando desde ahí a Toga entretenerse con su máscara.

── Pediré algo de comer ─ murmuró, volviendo a ponerse de pie para dirigirse a su recién amueblada sala, en donde tomó el teléfono y a sabiendas de que su conversación sería escuchada, marcó los números de la pizzeria.

── ¡Nat! ─ y colgó, sin esperar respuestas, con miedo a que las personas del otro lado hubieran reconocido la voz de la persona que había gritado y ahora se encontraba a su lado ─ ¿Saldremos?

Asintió ── Asegúrate de cubrir tu rostro, no pienso pagar sobornos.

Himiko asintió a lo dicho por Nagase, corriendo a la única habitación del lugar y comenzando a vestirse para salir solo minutos después, con una sonrisa y un sonrojo en el rostro que era ocultado por una de las sudaderas de su amiga.

── ¿Tienes una idea de lo que quieres comer? ─ ambas rieron, recordando lo último que habían comido y de la vez anterior y siguiendo así por los últimos cuatro días.  ─ Sube al auto ─ dijo antes de lanzarle las llaves, observándola salir con rapidez del lugar y esperando los dos minutos que habían acordado.

Una norma inútil pero que nos sirve para sentirnos a salvo.

── Ya.

Ella comenzó a bajar por las escaleras, sabiendo que Himiko no tardaría mucho en salir del elevador y subir al auto para esconderse en él.

── Detente ─ pero aquella voz rasposa que llevaba sin escuchar desde cinco días atrás la hizo obedecer, sin darle tiempo a pensar en hacer lo contrario e intentar huir ─ ¿Qué piensas hacer?

── Comer muestras en el supermercado, tal vez comer helado a las afueras del parque en que nos reuníamos con Magne y después, crear un plan para conquistar el mundo con un niño de tres años que aprendió a caminar la semana pasada y es hijo de nuestra vecina.

Nat parecía no mentir, sus ojos se mantenían firmes a los de Tomura, ganando sin dudas una de las batallas por pestañear en qué solían meterse cuando ella prefería desafiarlo antes que hacer caso.

── Tal vez lo del niño no es tan literal ─ dijo, retomando su camino y escuchando los pasos lentos de su líder ─ No estoy segura de que tu puedas esconderte entre la multitud, pero podemos hacer un intento y conseguir un par de zapatos nuevos para ti.

Tomura negó para sí, pues Nat no prestaba atención a nada más que su camino, que se acortaba cada vez más hasta que, pasado su tiempo de espera base, llegó al estacionamientos del edificio, observando a Himiko sentada en los tres asientos traseros de el automóvil que la comisión de héroes le había regalado.

O algo así, pues en realidad la comisión de héroes no sabía que era para ella y cuáles eran los verdaderos fines.

── Sube adelante, Toga no piensa moverse si eres tu quien se lo pide ─ indicó, dirigiéndose primero a la cajuela para tomar una de sus sudaderas para lanzarla a él. ─ La tuya está rota, no quiero que nos nieguen el paso por ir con un tipo con aparente falta de heroísmo.