Cosas de mis Ocs [ ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ ]

• One-shot •

—Manten la frente
en alto.

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El cuerpo de un chico de catorce años era aventado al suelo una y otra vez, llevaba ya algunas horas entrenando defensa personal, más no conseguía su objetivo. La persona que le enseñaba, hizo un movimiento con la mano en señal que se detuvieran.

—¿Por qué?

—lo mira—.

—Es casi un año, desde que comenzaste y no has tenido un progreso lo suficientemente bueno

—agacha la mirada— perdón... Me esforzaré, lo prometo...

El hombre, vio con algo de molestia aquel comportamiento, se acercó a el menor y lo tomó de la barbilla, hizo que levantara la mirada y lo viera a los ojos.

—Repítelo

—P-perdón... Me esforzaré... Lo prometo

—recuerda esto... Nunca bajes la mirada, te esten culpando o seas inocente, no agaches la mirada... No tires tu dignidad al suelo, afronta las consecuencias con valor y la frente en alto

—si señor...

—y una cosa más... Ya no te contengas Derek, se que tienes la fuerza suficiente, además de tener una buena destreza...—lo suelta de la barbilla—.

—si señor

—el mundo haya afuera es cruel, inmundo y asqueroso, todos te mienten, traicionan, lastiman, no dudaran en aplastarte de ser necesario...

[ .... ]

Un chico estaba sentado frente a un escritorio, todas las noche tenía que ir con aquel hombre para comenzar la lectura de unos papeles importantes.

—Señor Yona...

—habla

—¿Por qué tiene un gran interes en lo que dice aquí?

—le besa la mejilla— solo lee... Quiero que conoscas las maravillosas historias que escribió el dueño...

El chico limpió su mejilla con el dorso de su mano, le daba asco cuando hacía eso, por eso odiaba ir cada noche a esa habitación, desde que había cumplido los catorce años, siempre le mostraba ese tipo de "afecto" le repugnaba. Terminó por dejar el libro a un lado, se levantó dispuesto a irse.

—¿A dónde crees que vas?

—quiero dormir, me duele el cuerpo por el entrenamiento de hoy, no he comido y me esta empezando a doler la cabeza

El hombre fue tras el menor con un semblante serio, el chico solo volteo y lo vio fijamente a los ojos, retándolo directamente.

—¿Te di permiso?

—me importa poco si me dio permiso, he dicho que voy a retirarme

Dijo firme sin bajar la mirada, el hombre sonrió y lo tomó de la mano. Lo llevó a otra habitación, un cuarto en donde había un gran vidrio que daba la vista hacía una sala en la planta baja, donde había varios hombres conversando.

El mayor se sentó en un sillón de color rojo y sentó en su regazo al chico.

—¿Vez a todos esos idiotas?

—ve hacía la sala—.

—todos ellos creen en mis palabras por que siempre miro al frente, yo miro hacía mis objetivos, miro lo que deseo y como lo voy a conseguir...

—...

—así como me has retado hace unos momentos, así como me has mirado... Así es como debes de ver al mundo, quiero que mires a las personas con esa mirada desafiante, desafía a todos aquellos que creen que no puedes hacerlo... Por que una vez que logres tus objetivos... Ellos recordaran tu mirada y al verte de nuevo, estarán más que humillados

El chico de cabello castaño no aparto la mirada de aquella sala, comenzaba a entender a que se refería aquel hombre, él también deseaba tener el control en aquel lugar, por lo tanto, haría todo lo que estuviera en sus manos con tal de lograrlo.

El hombre posó su cabeza sobre el hombro del menor, volvió a besar la pálida mejilla antes de hablar.

—ese libro que te hago leer... Tiene la información de un poder que hará que mi poder sea mayor... Por eso pido que lo leeas todas las noches, así podré acercarme más a cumplir mi objetivo, ¿Entiendes?

—si señor

—¿Leerías para mi?

—si señor

—buen chico...—sujetándolo firme de la cintura—.

—lo mira por el rabillo del ojo— puede confiar en que conseguiré ese poder... Señor...

El hombre sonrió satisfecho por las palabras, sin embargo, no tomó bien el significado de lo que dijo el menor, sin duda ese fue su mayor error y jamás se daría cuenta, hasta el día de su muerte.