Cosas de mis Ocs [ ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ ]

• Au •

Nota: La idea principal, se me ocurrió por medio de un roll que tuve, pensando prácticamente "¿Qué pasaría si ellos mueren y deben reencarnar?" "¿Cómo sería su nueva vida?"

Y bueno aquí vamos...

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¿Lo has escuchado? Cuentan los rumores de las personas, de los ancianos y los templos, que existió una familia dedicada al servicio de lo espiritual, fueron fundadores de un poderoso clan dispuesto a proteger a las personas de aquellos espíritus y yokai, se cree que su descendecia era especial y diferente a las personas, pues estos, poseían los llamados "Espíritus Animales" un poder diferente que les daba la capacidad de proteger a las demás personas cómunes, sin embargo, esta familia fue desapareciendo poco a poco, hasta que no hubo rastros de ellos.

Tokyo, Japón.

Una sombra de un animal corría por la barda de las casas del lugar, volteaba a ver hacía atrás de vez en cuando, algo la perseguía y sin darse cuenta del camino que tomó, se adentro a un cuarto de una ventana abierta, cayendo de lleno a la oscuridad de aquel lugar, lo ultimo que pudo ver, fue aquella sombra oscura pasar de largo, no había sido descubierta aun.

La luz matutina ingresaba por aquella ventana abierta, aun se encontraba desorientada, al no saber donde estaba, prefirió no moverse y solo ver con sus ojos entrecerrados. Una voz femenina se podía percibir a lo lejos y luego, se sintió como fue levantada, nuevamente todo oscurecia.

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Podía percibir como se movía algo brusco el lugar donde sea que estaba, ella era una pequeña Kitsuné, zorro japonés, la noche anterior era perseguída por un espíritu oscuro y al no tener la energía suficiente no pudo enfrentarlo, ahora mismo se encontraba escondia en quien sabe donde y para su mala suerte, quien sea que la transportaba la tiro al suelo como si nada, sin duda, no era su día de suerte.

No supo cuanto tiempo paso, cuando fue abierto el lugar donde estaba, la luz la golpeo de lleno al igual que un grito de terror. Solo atinó a esconder más al fondo, cosa que no funcionaría de mucho.

—¿Se encuentra bien señorita?

Por lo que pudo divisar, una chica joven se levantaba de su asiento y hacía reverencia pidiendo disculpa, por los ruidos, dedujo que se encontraba en un salón de clases. Rápidamente volvieron a cerrar el bolso y lo tomaban para emprender viaje.

...

Se escuchó la puerta cerrarse y poner pestillo a la puerta, cuando creyó que todo estaba perdido, se llevo una gran sorpresa.

La joven dueña del bolso, era una chica castaña de ojos verdes, se veía muy bien alineada y su uniforme muy limpio.

Aquella chica había abierto su bolso y la sacaba con cuidado de no hacerle daño, fue extraño para ella, pues la reacción pasada a esta nueva, no era nada normal.

—¿Te lastime?

—negando—.

—¿Segura? Hace rato había lanzado mi bolso al suelo muy fuerte, no sabia que estabas ahí, por cierto, me llamo Abigaele Akiyama, pero me dicen Abby

—entiendo...¿Akiyama?

Abby: solo Abby

—no, no, me refiero a que... ¿Te apellidas Akiyama?