Capitulo 15: ¿Jai y Kiento en una misma habitación?

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Mucho, Nani. Mucho.

Pero a lo importante, ¿cuándo nos vemos entonces?

Lo ignoré y luego dejé el celular, sin volver a observarlo.

—¿Pasa algo bueno? —preguntó Mali, acomodando su fleco.

—¿Qué?¿Por?

—¿Por? —repitió incrédula—. Estás sonriendo como si, no sé, se te hubiera declarado tu crush.

Las comisuras de mis labios bajaron rápidamente al escuchar las palabras de Mali, estaba sonriendo como un imbécil enamorado, algo así como cuando Harry Styles publicó As it Was.Sí, pero más enamorado.

Y aunque no estuviera sonriendo porque alguien se me confesó, algo mejor estaba ocurriendo, volví a pelear en broma con Jai; extrañaba tanto esto.

—No, nada de eso. Yo solo vi que saldrá una nueva canción de..., de Harry, sí. Totalmente —mentí.

Ella asintió, creyendo fácilmente mis estupideces, o posiblemente sabiendo que le estaba mintiendo, pero no tenía ánimos de indagar en mis razones para hacerlo.

Entre los mensajes que habían llegado hacía un rato de Jai, había unos de Kiento en los cuales me había enviado la dirección de su casa. Ok, quizá no había sido una buena idea ignorar a Jai. Ahora solo tenía que convencerlo de que viniera a hacer una de las veinte actividades que tenía pendiente, y eso significaba hablarle y chuparle las botas, porque cuando ignorabas a Jai, bueno, Jai te lo devolvía.

Oh, no. No la ley del hielo de nuevo. La última vez que Jai hizo eso fue hace unos meses. Mali todavía no había vuelto y él estuvo molestando todo el día para salir a comer. Pero lo curioso es que ese día yo no quería, entonces cometí el peor error de mi vida: silenciar su chat y ponerme a ilustrar con música de Harry de fondo.

O sea que, sí, no escuché ningún mensaje que me llegara a redes sociales, ni mucho menos escuché las 15 llamadas perdidas que me dejó. Si se estaba muriendo, yo ni me enteraba. Entonces cobró su hermosa venganza. Por dos días enteros no supe nada de él, no literalmente. Recuerdo que en clases vino, se sentó a mi lado, me miró y ese día fue el mejor alumno de la clase. No me habló y solo le prestó atención al profesor. Lo bueno es que gracias a mí y a que lo ignoré, esa se convirtió en una de sus materias favoritas. Me preguntaba si se haría el dramático nuevamente solo porque no le contesté un par de mensajes y le corté la llamada.

En el fondo sabía que me lo merecía, porque eso era algo que solíamos hacer, y sabíamos que el otro no se enojaría por esta tontería a la que solíamos recurrir, a menos que lo lleváramos muy lejos, pero eso nunca había sucedido. Era como nuestro lenguaje de amor cuando queríamos pelear y ya no sabíamos qué inventarnos. Cosa de mejores amigos de toda la vida.

El primer mensaje que le envié fue un simple "Jai, tenemos que hacer una actividad en grupo."

Obviamente, ni siquiera vio el mensaje. Intenté llamarlo, y mucho menos contestó.

—¿A quién llamas con esa cara de perrito mojado? —preguntó Mali, mientras bebía su trago.

—A Jai, tenemos que hacer una actividad y no me contesta porque yo lo ignoré primero.

—Un día de estos ese jueguito que comparten hará que se peleen.

—¿No serás muy optimista de casualidad? —pregunté, cortando la llamada al recibir el buzón de voz por tercera vez.

Mali sonrió, tomando su celular.

—Lo llamaré yo.

En cuestión de segundos le atendió.

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