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Eden pedalea su bicicleta, la pelirroja se dirige a casa de Stella Adams, su única amiga sin contar a la pequeña Blake, la cual a diferencia de su hermano mayor no le tiene miedo.

La pelirroja lleva en una de sus manos dos bolsas. Eden se entero que Stella estaba enferma por lo que optó por ir a visitarla y llevarle unos dulces para después de que se recuperará, o cuando se los quisiera comer.

Eden se dirigió a la parte trasera de unos departamentos, la pelirroja no podía entrar por la puerta principal por unos conflictos que tuvo con algunos vecinos de su amiga, así que siempre que vista a Stella sube por las escaleras que están detrás de los departamentos y las cuales dan al departamento de los Adams. La pelirroja acomodo su bici, al observar las escaleras pudo ver a un castaño bajando por ellas.

La pelirroja se acercó al barandal de las escaleras esperando a que el niño bajara por completo. Eden pudo ver como el castaño se estaba tensado y poniendo nervioso.

–No tengas miedo Finney– habló la pelirroja al tener al castaño frente a ella. Finney Blake, el hermano mayor de Gwen, volteo a verla. –. No muerdo... No ha menos que sea necesario.

–Yo...

–¿Está Stella?.– Eden sabía que él niño venía de ahí, Stella y Finney son amigos, aúnque a la castaña le guste un poco Finney, o eso le ha contado a Eden.

Finney asintió como respuesta. La pelirroja hizo un gesto con la cabeza para subir un par de escalones.

–Por cierto– se detuvo dando media vuelta, y llamando la atención del castaño. –, no te conviene irte por enfrente, te puedes cruzar con Moose.– le advirtió.

–Esta bien, gracias.– soltó Finney y empezó a caminar a sentido contrario de donde iba, la pelirroja sabía que Moose podía golpear a Finney por la más mínima cosa, como ya había pasado antes.

Eden empezó a subir las escaleras de nuevo. Al llegar a la puerta donde Stella vive, tocó tres veces. Unos segundo después se escucho un “Ya voy” desde adentro, la pelirroja supo que era de la castaña.

–¿Ahora qué se te olvidó, Finney?– preguntó Stella abriendo la puerta sin ver si quiera quien había tocado. –. Oh. Hola Eden.– saludo al darse cuenta de quien había tocado.

–¿Qué pasa niña? ¿No te alegras de verme o qué?.– Eden extendió una de las bolsas cafes.

–Claro que sí, pero pensé que eras Finney.– dijo la castaña tomando la bolsa.

–Si, lo note.

–¿Qué es esto?– preguntó abriendo la bolsa.

–Son dulces para ti, obvio. Escuché que estás enferma así que decidí traerte dulces.– explicó la pelirroja.

–Gracias– dijo con una sonrisa. –. Mis padres ya me habían quitado todos mis dulces, así que llegaste en un buen momento.

–No hay de que.

–Pasa, estoy viendo una película, si quieres te puedes quedar a verla.– Stella se pego al marco de la puerta para que Eden pudiera pasar.

–De hecho voy a Grabngo, allá esta Vance y le llevo unas galletas y unos sandwiches– la pelirroja alzó un poco la otra bolsa. –. No ha comido nada porque se fue directo de la escuela hacia allá.– explicó.

–¿A jugar pinball?.– preguntó volviendo a su posición de antes.

–Si, y apuesto a que no se compró nada de comer sólo por jugar más pinball. Así que ya me voy.

–Esta bien, nos vemos.– se despidió Stella.

–Nos vemos.– repitió la pelirroja para empezar a bajar las escaleras.

𝑩𝒐𝒖𝒏𝒅 || 𝐵𝑖𝑙𝑙𝑦 𝑆𝒉𝑜𝑤𝑎𝑙𝑡𝑒𝑟Where stories live. Discover now