𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 4•★

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— Kim SeokJin, tiene 25 años, nació el día 4 de diciembre, peso, bla bla bla, sus padres fallecieron por heridas de bala y sus únicos familiares cercanos son: su hermana, su sobrino, su cuñado, su abuelo y tiene un par de amigos muy cercanos a él. Es un abogado muy respetado y es soltero. Bla, bla, bla... Estuvo al cuidado de su hermana hasta que cumplió los 18 y viajó a Seúl para terminar los estudios. Emmm... Tiene un par de información más que no es muy importante de hecho. — Habló su compañero detrás de la línea con un bostezo de su parte.

— ¿Y no tiene algo que nos de alguna pista? — Preguntó un poco defraudado. Buscaba acabar su misión lo antes posible para atraparlos de una vez y salir a tomar un descanso.

Estaba dentro de la habitación de Jin, sentado en la cama mirando hologramas de la información del humano que transmitía su reloj.

Se la había pasado buscando entre los cajones de Jin toda la noche un poco de información de él y lo único que encontró fue su identificación y el permiso de conducir. Esa información la mando a su compañero y en la mañana ya tenían algunos datos del chico.

En sus redes sociales no sube casi nada... Solo un mundo de lo que come, una que otra foto de una gata, unas tres de él y un par de chicos más. En una tiene su smokin y detrás de él a un par de trabajadores más. Creo que no es muy adicto a la tecnología. Oh, espera... Estuvo en el hospital por un mes al recibir varias heridas de bala.

— Mi futura novia, la gata pelusa. El chico cree que no soy suficiente para ella. Espera... ¿Que?¿Heridas de bala?

— ¡Bigotes!¡Bigotes!¡Ven a comer!

RM volteó a ver detrás de él y rápidamente apagó su reloj al ver cómo Jin, comenzaba a abrir la puerta de la habitación, se transformó rápido en un gato y de quedó en la cama mirando entrar a él humano, con una camisa a rayas, una pantaloneta y unos tenis blancos con sus medias sobresalientes. Sobre su cabeza tenía una cachucha negra y en sus muñecas unas cintas de color rojo, azul y blanco.

— ¿Por qué no vas cuando te llamo? — Preguntó acercándose al gato para tomarlo en sus brazos y comenzar a salir de la habitación con él. — Soobin, te estuvo buscando en él patio trasero como un loco. ¿Quieres jugar tenis con Haneul? Ella es una fiera en ese juego.

El gato maulló en respuesta y Jin le acarició la cabeza y detrás de las orejas. Al llegar a la cocina, Jin, dejó a Bigotes en el mesón y le buscó la purina para poder alimentarlo. Aún era notoria la herida de los rasguños en su rodilla y Bigotes volvió a maullar pidiendo disculpa. Aunque sabía perfectamente que el chico no le iba a entender en lo absoluto.

Jin se giró otra vez y sirvió un poco de croquetas al gato, dejándolo en el mesón al lado de él y luego se marchó de allí luego de acariciar la cabeza del gato y decirle "provecho".

Bigotes lo siguió con la mirada hasta que desapareció y luego volvió a su plato de comida. El humano parecía haberlo perdonado, pues en la mañana lo encontró dormido en la cama y no lo levantó hasta que el se levantó para tender la cama.

Jin se encontraba en el patio trasero jugando tenis de equipo con Haneul, pues su cuñado ya de había ido a trabajar desde muy temprano y no tenía tiempo para pasar con ellos. Le alegraba saber que había llegado un día antes del festivo para poder verlo y pasar el tiempo con él.

Estaba en compañía de su sobrino y su hermana estaba jugando sola. No necesitaba una pareja, ya que ella era muy buena en ese deporte.

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