A STORY BLOOMS?

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Frustrado, YeonJun arrojó su mochila en el sillón, haciéndose ovillo en el mueble ocultó su rostro entre sus rodillas y brazos.
No había podido ver a Soobin a la cara luego del pequeño incidente, no es que fuera grave porque no lo era en realidad pero todavía sabiéndolo no podía evitar sentirse abatido de vergüenza.

—Oye, no es tan malo como parece.

—Eso no quita el hecho de que pueda haber tenido una idea equivocada —dijo con voz ahogada por andar ocultado en sus extremidades—, eso no es lo peor. Ya no sé que más hacer para acercarme a él, ni siquiera la gran idea de prepararle algún bocadillo ahora me sirve porque no sé cuántas cajas de comida ha recibido y ha rechazado.

—Escucha, hijo.

La omega de cabellos azabaches se sentó a lado de su hijo tocando su espalda en consuelo.

-No es el fin del mundo. Entiendo que quieras acercarte a ese muchacho pero no deberías rendirte todavía, como tu madre sé que encontrarás una forma de hacerse amigos.

Sí, amigos. YeonJun mordió sus labios, claramente esa idea nunca había cruzado por su cabeza pero era lo lógico. Debían iniciar desde cero, eso era lo natural en una relación de cualquier índole. Si quería saber acerca de Soobin, conocerlo como persona, debería volverse su amigo.

La cosa era que YeonJun tenía cierto temor al rechazo de Soobin, ¿Y si no lo agradaba? Es verdad que lo había visto convivir con omegas y betas, uno que otro alfa y todavía con eso nunca lo vió almorzar en el receso con alguno de ellos si es que eran sus amigos. Siempre andaba solo, eso era lo que podía ver cada que pasaba por los pasillos en busca del baño o en la cafetería cuando veía al alfa esperar por su charola o licuado.

Jamás nunca lo vió en compañía de nadie. Ni siquiera de Jessi que se supone era su familiar.

A YeonJun eso le causaba cierta curiosidad. Aumentaba más su necesidad de saber del alfa más cotizado de la universidad, empezaba a creer que Soobin no tenía idea de que él era el estándar a alcanzar por cada alfa. Parecía no importarle nada de su alrededor y eso era lo cautivante de él, su aura misteriosa y serena. Tan pacífica que daban ganas de verlo por muchas horas si era posible, YeonJun se sentía así respecto a Soobin. Verlo era como ver un atardecer tranquilo en la playa, con el aroma del mar y la tranquilidad del cielo naranja.

—Tengo una idea.

YeonJun miró a su mamá. Yeji tenía una sonrisa que volvía pequeños sus ojos rasgados, se levantó del mueble y unos minutos después venía con algo en las manos. YeonJun se acercó, curioso de lo que sea que tenía su madre.

—¿Qué es eso?

—Sé que dijiste que muchos le han preparado cosas para comer, bueno, ¿por qué no intentamos algo de aquí? Seguramente algo le podría agradar, viene de familia.

Yeji abrió el recetario familiar. Una compilación de las comidas caseras que se habían hecho en su familia por lunas, desde la abuela de su bisabuela.

—Mamá, no creas que no aprecio este aporte porque de verdad significa mucho que quieras ayudarme. Pero, si él nunca acepta a los otros omegas o betas, ¿por qué a mí sí? No tendría sentido.

En realidad eso a YeonJun lo pondría feliz, claro, si eso fuera verdad. Soobin parecía ser directo con lo que decía, sin vueltas en el asunto, en verdad no podría acercarse y volver en manos con su presente porque el alfa lo habría rechazado.

—Cariño, no tengas dudas. Házlo con aprecio, si él lo toma o rechaza, eso es cosa suya. Es mejor arriesgarse a quedarse con la duda de si lo aceptará o no —acomodó si flequillo. YeonJun parpadeó— además, algo me dice que podría ser una victoria para ti. Sólo instinto materno tal vez.

STUPID MR. BEAR © SOOJUN Where stories live. Discover now