Capitulo Treintaiuno. 𝗧𝘂𝗻𝗲𝗹

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La tensión de esas semanas fue constante, por más de que pudieran distraerse por momentos con otras actividades, ya sea ayudando con los quehaceres de hogar, algunas salidas compartidas o simples charlas donde evitaran sacar el tema a discusión por el principio de las vacaciones; no era algo que pudieran evitar por completo, ya que la incomodidad aún se mantenía presente en cada silencio que tomaba lugar al momento de no tener más en lo que centrarse.

Finalmente habían llegado al día que más deseaban que se atrasara, el último día de vacaciones antes de que Shoto tuviera que mudarse al otro lado del país para probablemente no volver a verse de nuevo en mucho tiempo. Los tres eran conscientes de lo que esto implicaba, de los gigantescos problemas que se desatarían una vez pasaran las semanas sin verse y sus instintos más bajos y arraigados a sus géneros secundarios tomaran lugar en ellos.

Y el no tener una solución para evitar que esto ocurriera, en definitiva no era algo que les ayudara a poder mediar con la situación de alguna forma.

Las charlas pasaban, al igual que las horas y los días, y en ninguna de las mentes de los adolescentes llegaba a aquella mágica respuesta que tanto esperaban porque llegara y así desvanecer de sus vidas de una vez por todas al fantasma del cataclismo que ahora Enji representaba en sus vidas.

El egoísmo, la búsqueda de superar a alguien del pasado a través de su propio hijo, impidiéndole vivir como este quiera por tan solo buscar aplastar y acabar a aquel demonio que durante décadas lo atormentó por culpa de sus propios errores, eso era lo que el señor Todoroki buscaba a través de esa decisión, a través de esa sentencia que lo único que lograría es arraigar en el pecho de su hijo el rencor y el aborrecimiento por su propio progenitor.

Sin embargo, esto no era algo que pareciera preocuparle al alfa de tan estricto y duro carácter. Nada aparte de él, importaba.

—¡Hoy mismo iré, te lo prometo! Solo que llegaré un poco tarde, ¡Pero haré todo lo posible por estar ahí, te lo aseguro! —Hablaba detrás del teléfono móvil Denki, el mejor amigo y confidente de Shoto.

El menor de los Todoroki no hizo más que soltar un suspiro, encontrándose sentado en la acera fuera de la casa de los Bakugo mientras tenía su teléfono móvil en una mano, con su cabeza gacha mientras apoyaba su mano libre sobre su frente.

El ipsilon en medio de sus silencios, lentamente había ido perdiendo toda esperanza de mantenerse al lado de sus destinados a quienes su corazón ya pertenecía. Por más de que este no lo había exteriorizado, no veía alguna vuelta de tuerca que pudieran hacer para que repentinamente la situación estuviera a su favor.

Ya no podía ver aquella luz al final del túnel que tanto Midoriya le había dicho que se encontraba.

Y tenía miedo de que lo único que lo rodeaba en ese momento, era la soledad y oscuridad de un túnel que parecía no tener un final.

—Agradezco que te tomes estas molestias, Denki. —Respondió, observando el suelo debajo suya.

—No son molestias, nunca va a ser una molestia ayudarte. Ya te lo dije, tengo una solución, pero necesito estar presente para que funcione y así podemos hacer más presión. ¡Pero funcionará, estoy seguro!

Shoto quería sonreír al oír el optimismo que su compañero emanaba, sin embargo, su rostro no pudo compartir ese sentimiento que tanto anhelaba expresar.

—Entendido, confío en ti.

—No te preocupes, Shoto. No permitiremos que te vayas del otro lado de la ciudad, sino yo mismo me encargaré de darle una descarga al desgraciado de tu padre. —expresó, siendo estas últimas palabras más duras y molestas que las anteriores.

𝗔mor 𝗱e 𝗧res || 𝗕𝖺𝗄𝗎𝗧𝗈𝖽𝗈𝗗𝖾𝗄𝗎Onde histórias criam vida. Descubra agora