Yizhan.

Armonía.

- Si estas feliz entonces yo también.- Sonrió.

- Como te decía, anoche fui a los aposentos de la emperatriz...pero no ocurrió nada entre nosotros.- Tiró de su omega y lo envolvió entre sus brazos.- Solo tuvimos una larga platica, una muy necesaria.

- ¿Como se sienten ahora?.- Se alejó.- ¿Como está ella?

- ¿Ni siquiera dudarás de lo que te dije?.- Se mostró sorprendido.

- No tengo porque.- Negó.- Creo en cada cosa que me diga.

- Te juro que por tu confianza y por tu lealtad, desde hoy...hasta que me muera nunca te provocare daño alguno y nunca te mentiré.

- Y yo te prometo que desde este momento, hasta que me muera...seguiré siendo leal a ti mi emperador y también te haré feliz.

- Quizás para ti lo que estás a punto de escuchar sea absurdo o irreal debido al corto tiempo pero...- Se acercó y depositó un beso en la nariz del omega.- Te amo.

-......

- ¿Qué?.- Soltó una suave carcajada.- Dijiste que ibas a creer todo lo que te dijera.

- Solo me tomó por sorpresa.

- ¿Fue muy pronto?.- Se sorprendió cuando el omega se lanzó a sus brazos.

- Yo también lo amo.- Besó el hombro del alfa en repetidas ocasiones.- Yo también lo amo mi emperador.

- Escuchar eso me hace muy feliz.- Envolvió su cintura.

- Emperador...- Se quedó allí reposando su mentón del hombro de su alfa.- ¿Podríamos regresar más tarde? Quisiera quedarme un rato más aquí contigo.

- ¿En qué momento dije que regresariamos?.- Sonrió.- Esta noche nos quedaremos fuera del palacio.- Besó su hombro.- Solo tú y yo.

..........

**Días después**

- Fue una gran idea del emperador el venir al palacio de veraneo.- La doncella escoltaba a la emperatriz.

- Le dije que quería celebrar mi cumpleaños de forma íntima pero jamás pensé que tendría el detalle de dejar sus asuntos de lado para traernos.- Sonrió.

- Eso quiere decir que aún la sigue teniendo en su corazón.

- ¿Donde está MuDa?.- Miró a su alrededor.

- En estos días ha estado pasando mucho tiempo con su padre. El emperador se queda con él durante mucho tiempo, también pasa tiempo con...- Hizo una pausa.

- Con el Rey Consorte.- Sonrió con suavidad.- No entiendo porque sientes temor de mencionarlo. Es normal, es el esposo del emperador y nuestro hijo lo sabe.

- Veo que poco a poco lo va sobre llevando de mejor manera.- Se quedó viéndola.

- Gracias a la plática que tuve con el emperador así como la madre real he sabido que hacer.- Suspiró.- Aunque es un tanto difícil algunas pero se que pronto me adaptare.

- Ya estamos aquí.- Se detuvo y sonrió con emoción al ver hacía el frente.

- ¡Emperatriz!.- La madre de la emperatriz se acercó a toda prisa.- Su súbdito le desea a la emperatriz una larga vida y bendiciones infinitas del cielo.- Hizo una reverencia.

- Gracias madre.- Sonrió.

- Hemos estado esperando por usted.

Esa tarde el jardín principal del palacio de veraneo había sido preparado para festejar un gran evento. Un pequeño grupo de personas se daban cita para festejar a la segunda madre de la nación.