CAPÍTULO 3

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¡Hola! ¿Cómo están? Yo aquí liada por los estudios.

¡Aquí me tienen de nuevo! Espero que les guste.

¡Se os quiere! Nos vemos a la próxima.

~Leticia Esquivel


Morgan Dankwoth

Nos encontramos en el Uber de camino a la iglesia, está mañana me desperté temprano para ir a una peluquería aquí en Toronto, la cual había pedido cita dos semanas antes.

Mi vestido es bastante elegante, es color verde esmeralda largo con volantes y por la espalda la llevo semi descubierta con un cruce de cuatro tiras y un poco escotado desde delante.

Los tacones son plateados y el brazalete también junto a un pequeño bolso color gris plata para guardar alguna que otra cosa.

Y por último el peinado recogido con un moño de trenzas y con algunos mechones sueltos, delante lleva una trenza de lado a lado en forma de diadema y con un mechón suelto por delante.

Y Dan lleva un traje negro y la corbata junto al pañuelo verde esmeralda como mi vestido.

No tardamos en llegar a la iglesia, una vez estuvimos ahí nos bajamos, Dan es el que decide pagar antes de que me dé tiempo a sacar mi monedero del bolso y junto a él, al bajarnos nos encaminamos a la iglesia.

Entramos y los golpes de mis tacones suenan, no tan fuerte pero algo de eco hacen, hay gente que se giran y se nos quedan mirando, veo en sus caras la duda de quienes éramos, en otras personas veo caras de sorpresa, de que no se esperaban mi llegada...

Busco con la mirada el asiento de mis tíos y los veo sentados en uno de los primeros bancos, le hago una seña a Dan de que mis tíos están ahí y nos encaminamos hacia dónde están.

—¡Hola! —le susurro.

—¿Morgan? —preguntan mis tíos sorprendidos.

—¿Por que no nos dijiste que vendrías? —preguntó mi tío.

—Queria darles una sorpresa. Tíos os presento a Dan... un amigo.

La sonrisa de mi tía, sabía que no me iban a creer. Dan yis tíos se saludan con educación y nos pusimos ahí con ellos, no pudimos hablar mucho porque nos encontrábamos en la iglesia.

Miro hacia la calle y veo a Álvaro ahí, me giro hacia Dan y le digo: —Esperame aquí cariño, voy a ver al novio —el asiente y le digo a mis tíos que se queden con el para que no esté solo y así lo hicieron.

Me dirijo fuera de la iglesia y veo a Álvaro inquieto, Andrés está a su lado intentándolo calmar y gente que no conozco igual, imagino que serán familia de Álvaro o de María. Respiro hondo cuándo no lo veo a él.

—¿Pero que te pasa, hombre? Ni que fueras al funeral de alguien aúnque viéndolo así... al que iremos es el tuyo —habla Andrés y reí.

—¿Puedes estate quieto? —pregunta un chico.

—¿No hay nadie que pueda hacer nada para calmarte?

—Y aquí es donde aparezco yo, ¿alguien quiere ver a la madrina de la boda? —pregunté y todos los chicos se giraron hacia mi.

—¿Morgan? —pregunta Álvaro y Andres.

—Soy su fantasma —reí.

—Cuanto me alegro de verte —dice Álvaro viniendo hacia mí y abrazándome.

—¿Qué te pasa? Si todo va a salir bien, ya lo verás.

—Que alegría tenerte por aquí, Morgan, A...

Destinados a la misión Where stories live. Discover now