Un mundo nuevo, y ellos dos,
en este mundo, buscan a una
persona, su prometido.
Pero habrán dificultades que
se cruzarán en el camino.
¿Lo lograrán, o solo fracasarán
en el camino?
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Luckity, Karlnapity, Rubc...
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Quackity estaba arreglando unas cosas de su isla al lado de Merlon Vegetta, estaba aprovechando la mañana lo mejor que podía ya que las tardes eran un desmadre, pero volviendo a su isla, estaba arreglando cosas, ya sea reemplazando los bloques diferentes que habían en su muro o arreglando un poco los alrededores, dándole a su isla y pirámide la apariencia que tenía al principio, claro que su paz no podía durar mucho tiempo, ya que llegó el sabio Sapo Peta, con el cual tenía una especie de romance secreto o algo así, ninguno sabía que eran.
— ¡Quackity!
Se le escucho gritar al moreno mientras iba a la casa del mexicano, el cual soltó un pequeño suspiro, la presencia del hombre le daban nervios.
— ¡Sapo Peta! ¡Hola!
Quackity saludo alegre, aunque el mayor de cuatrocientos cincuenta años notó la mala mirada que le daba el "hijo" de su amante. Se acercó y los dos entraron a la isla de el híbrido de pato por un hoyo que hizo, arruinando su muro de madera de nuevo.
— ¿Qué te trae por aquí, Sapo Peta? Pensé que estarías ocupado con el corazón ese.
Pregunto Quackity, entrando a su pirámide por un hoyo recién hecho por el, siendo seguido por su hijo y el moreno.
— Pues pensé en visitarte para. . Ya sabes, tener una mejor visión de ti.
Okey, Quackity será medio menso, pero noto esa indirecta desde lejos, volteando a ver al mayor con curiosidad.
— Ay, Sapo Peta, no enfrente de mi hijo.
Hablo con una sonrisa nerviosa, mientras se acercaba a uno de sus cofres y lo abría para dejar todo su inventario en el poco espacio del cofre.
— Pues que tú hijo no vea.
Se escuchó la voz del hombre más cerca, por lo cual Quackity se voltearía a su dirección, dándose cuenta de que Sapo Peta lo había acorralado, poniendo sus brazos a sus lados apoyándose en el cofre. Trago saliva nervioso, no sabiendo como actuar en esta situación, más su hijo tortuga empujó con un golpe al señor, esto repetidas veces hasta la salida, y sin dejar quejarse al moreno cerró el hoyo.
Estaba sorprendido del actuar de su hijo, pero al mismo tiempo le hacía gracia como lo saco como si nada, aunque la tos de cierto slime llamo su atención, volteando a ver a la izquierda, encontrándose con Charlie.
— ¿En esto estabas ocupado, Quackity?
Pregunto con cierta curiosidad, arqueando su ceja, sacando risas nerviosas del muchacho híbrido de pato.
